Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



martes, 25 de mayo de 2010

De Cuáles Son los Errores del Catolicismo a la Hora de Definir qué Es la Justificación (1)


En uno de mis últimos debates on-line con católicos surgió el tema de la Justificación y las divergencias existentes entre la posición protestante y católica.

Es sencillo reconocer cuál es cada una, la católica es la que está mal y la protestante la que está bien...

Es broma.

De este modo, armado del buen ánimo necesario para ayudar a los católicos que aman a Dios por encima de todas las cosas, voy a abrir una serie de entradas donde se explique de un modo sencillo, cuáles son -según los protestantes- los errores del catolicismo en relación al tema de la Justificación.

Pero antes de nada... qué es la Justificación?

Es sencillo, la justificación es el acto por el cual Dios declara al hombre Justo según la Ley.

Aunque parezca mentira, esta noción la compartimos católicos y protestantes.

Así pues, una vez puesto el traje de neopreno, me sumerjo en las claras aguas de la Enciclopedia Católica:
Si alguno dice que sólo por la fe el impío es justificado; en tal sabiduría como lo dice, que no se requiere ninguna cooperación en la obtención de la Gracia de la Justificación y de que en ninguna forma es necesario que él esté preparado y dispuesto para moverse de acuerdo a su propia voluntad; sea anatema...
Concilio de Trento, Cánones sobre Justificación, Canon 9
Cuando leí esto, lo primero que salió de mi boca fue lo siguiente:
iiiiiiiiiiiiiiiih! Pero no se dan cuenta de que están condenando lo que dice la Biblia?
Después imité a un pollo para desestresarme...

Pero cuáles son los errores católicos que causaron mis plumíferas imitaciones?

Son muchos.

De entrada, fijémonos en una frase clave de la declaración del Concilio:
Entendiendo que no se requiere otra cosa alguna que coopere a conseguir la Gracia de la Justificación
Veis la contradicción?

En efecto, las Gracias de Dios no se trabajan, se reciben, porque si uno ha de hacer algo para recibir una Gracia, la Gracia ya no es Gracia sino el justo pago por tu trabajo.

Pablo -en Romanos 4:4- lo explica claramente cuando escribe:
4 Pero al que trabaja no se le cuenta el salario como un regalo, sino como deuda
En efecto, cuando a final de mes recibo mi sueldo, este no es una gracia de mi empresa, es lo que me deben por mi trabajo.

Esto mismo, la explicación de lo que es una Gracia, lo vuelve a expresar Pablo en Romanos 11, fijémonos:
5 Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por Gracia.
6 Y si es por Gracia, ya no es por obras; de otra manera la Gracia ya no sería Gracia.
Y si es por obras, ya no es Gracia; de otra manera la obra ya no sería obra.
Uno no puede hacer nada para recibir una Gracia de Dios porque el mero hecho de hacer algo que convierta a Dios en deudor de tu buen obrar, anula el mismo concepto de Gracia.

Por tanto, no señores del Concilio, escribir Entendiendo que no se requiere otra cosa alguna que coopere a conseguir la Gracia de la Justificación, pone de manifiesto que no tienen claro qué es una Gracia.

Uno no puede hacer méritos para recibir una Gracia, porque entonces la Gracia ya no es Gracia, es un pago por tus méritos.

Esto lo entendió uno de los padres de la iglesia católica más admirados por el protestantismo: San Agustín.

A San Agustín se le concedió entender el estado caído del ser humano y la absoluta necesidad de la Gracia divina para poder hacer el bien y andar como Jesús anduvo.

La Gracia divina es concedida al hombre sin ningún mérito de su parte, gratuitamente, de ahí, precisamente su nombre: Gratia.
San Agustín creía que la acción de la Gracia no suprime la libertad del hombre porque actúa por atracción, es decir, por Amor.

Ruego a los católicos que lean las palabras mismas de San Agustín las cuales alimentan al protestantismo:
Y de aquí nace otro problema de no poca importancia, que, con la Gracia de Dios, hemos de resolver.
Si la vida eterna se da a las buenas obras, como con toda claridad lo dice la Escritura:
Porque el Hijo del Hombre... pagará a cada uno conforme a sus obras
¿cómo puede ser Gracia la vida eterna, si la Gracia no se da por obras, sino gratuitamente, de acuerdo con el Apóstol:
Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda?
Y en otro lugar:
Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por Gracia
y a continuación
Y si por Gracia, ya no es por obras; de otra manera la Gracia ya no es Gracia.
¿Cómo, pues, será Gracia la vida eterna, si a las obras responde?
¿O es que quizá no llama Gracia el Apóstol a la vida eterna?
Es más: tan claramente lo dice, que es de todo punto innegable.
Y no es que requiera esta cuestión un ingenio agudo. Basta sólo un oyente atento. Porque cuando dijo:
Porque la paga del pecado es muerte
en seguida añadió:
mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Este problema, a mi parecer, sólo puede resolverse entendiendo que nuestras buenas obras, a las que se da la vida eterna, pertenecen también a la Gracia de Dios, toda vez que nuestro Señor Jesucristo dice:
Sin mí nada podéis hacer.

Y el mismo Apóstol, al decir:
Porque por Gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe
vio que los hombres podrían entender como no necesarias las obras y bastar sólo la fe, como también que los hombres podrían gloriarse por sus buenas obras, cual si a sí mismos se bastaran para realizarlas; y por eso añadió:
porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

De la Gracia y el Libre Albedrío de San Agustín, Capítulo VIII
Cada vez que leo a San Agustín me parece estar leyendo a un tratado calvinista...

En efecto, no hay nada que el hombre pueda hacer o llegar a hacer, que le haga merecedor de una Gracia porque en ese caso entraríamos en contradicciones.

De entrada, el análisis de la declaración del Concilio de Trento empieza mal, y ya sabes, lo que mal empieza mal acaba.

La primera entrada de esta serie acaba aquí, ya sé que todavía no he tratado el tema de la Justificación y que me he limitado a hablar de la Gracia, pero es que considero clave clarificar conceptos.

Eso sí, mientras escribo la segunda entrada, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucrito...

sábado, 22 de mayo de 2010

De que A Roma No Se Va por Ahí...


Y el monaguillo, sin levantar los ojos del suelo, se acercó al Santo Padre y lleno de humildad le preguntó...

Santo Padre, Santo Padre, si cada día oro a Dios sin cesar, sirvo a los demás anteponiendo sus necesidades a las mías, estudio la Biblia sometiéndome a ella, salgo a predicar a las calles el Evangelio, hago obras de caridad sin importar el destinatario, no devuelvo jamás mal por mal...

Llegaré algún día a ser como usté...?

Jejeje
, contestó el Santo Padre, Jamás hijo mío, jamás...
Cierto, ese no es el camino que lleva a Roma...

martes, 18 de mayo de 2010

De Errores Doctrinales que Hacen Mover el Dedito a Calvino (6)


Deseoso de buscar emociones fuertes me pongo a leer una Homilia católica titulada Acaso puede un hombre nacer de nuevo siendo viejo? la cual relaciona la regeneración del Espíritu con el Bautismo.

Como el asunto me huele a chamusquina, opto por preguntarle su opinión al dedito más exegético de la blogosphera...

Dedito...

Dedito...

HABLAAAAAAAAAAAAAAAAARGH!!!

Al dedito le ha dao fuerte!

Pero por qué el dedito tira pa'un lado y pa'l otro sin parar?

Porque el dedito no es católico...

Ahora bien, por qué el tipo del nombre largo y pomposo relaciona el nacer de nuevo con el bautismo?

Porque malinterpreta Juan 3:1-10, leamos el pasaje...
1 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.

2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.

3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?

5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.

6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, Espíritu es.

7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.

8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

9 Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto?

10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes estas cosas?
Años atrás, me sorprendía la manera en que Jesús respondía a las primeras palabras de Nicodemo porque lo encontraba inconexo.

No obstante, la interpolación está lena de sentido.

Lo que Jesús quiere decir es que sorprenderse de las señales y milagros no salva a nadie.

Reconocer que estos vienen de Dios no salva a nadie.

Uno no necesita una nueva naturaleza para creer en los milagros.

Uno no necesita un nuevo corazón para reconocer lo sobrenatural en Jesús.

No obstante, sí necesita un nuevo corazón para poder experimentar lo sobrenatural en uno mismo.

En otras palabras, lo que uno necesita es nacer de nuevo.

Y esas son las palabras de Jesús.

Ahora bien, el error del tipo de la homilía -el cual es compartido por el resto del catolicismo- es que las palabras de Jesús aluden al bautismo de agua.

Como uno debe nacer de nuevo para ser salvo y ellos creen dicho nacimiento se produce al recibir el bautismo, la conclusión a la que llegan es que todo el que se bautiza es salvo.

No obstante yerran una vez más.

Analicemos las palabras de Jesús:
3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?

5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Si el agua que menciona Jesús se refiriera al bautismo de agua, cómo es que no lo menciona más en la escena?

De hecho, no solo en esta escena, no lo menciona como requisito para ser salvo en ninguna otra parte del Nuevo Testamento.

Es un requisito y ni tan solo se reincide en ello?

Al mismo tiempo, si el nacer de agua aludiera al bautismo, qué sentido tiene la analogía del viento?
El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
Si uno naciera del Espíritu simplemente por recibir un bautismo ritual, las palabras de Jesús estarían fuera de lugar.

En efecto, la analogía del viento es antitética con la imagen del bautismo pues mientras que la primera está más allá de las capacidades del ser humano, la segunda no.

De ahí la reacción de Nicodemo, las cuales reflejan la impotencia humana en la Salvación, ya sabes, ¿Cómo puede hacerse esto?.

Nicodemo entendió que las palabras de Jesús dejan al ser humano en total indefensión y absolutamente dependiente de la acción de Dios.

No obstante, la clave de la alusión a las palabras de Jesús -el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios- se encuentra en el versículo décimo, es decir, ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes estas cosas?

Si Jesús hubiera tenido en mente el bautismo ritual, a qué viene preguntarle a un maestro de Israel sobre ello?

Qué tenía de extraño que un rabino no supiera sobre un ritual cristiano?

En efecto, el hecho de que Jesús incida sobre ello, implica que el marco de referencia es el Antiguo Testamento.

... y más concretamente, Ezekiel 36:24-28.

Leámoslo,
24 Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país.

25 Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré.

26 Os daré corazón nuevo, y pondré Espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.

27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.

28 Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios.
En efecto, el versículo 25 alude -no al bautismo- sino a la Regeneración, al perdón de los pecados, en definitiva: a la circuncisión del corazón.

la profecía nos dice que Dios limpiará a Su pueblo de sus pecados, de sus idolatrías, y esto solo puede hacerse mediante la fe.
11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo;

12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.
Colosenses 2
La necesidad de nacer de agua y del Espíritu es parte del mismo proceso de Salvación.

Jesús está diciendo que nadie que no haya sido Regenerado, perdonado y depositado en él el Espíritu Santo tendrá Salvación.

Nadie que no haya recibido la circuncisión de corazón -la cual es por fe- será salvo.

Las palabras de Jesús harmonizan con el resto de la Biblia, mientras que considerar que alguien forma parte del pueblo de Dios simplemente por haber recibido el bautismo se da de bruces con el resto de las Escrituras.

Jesús está proclamando la Soberanía de Dios en la Salvación, (de ahí las palabras de impotencia de Nicodemo ¿Cómo puede hacerse esto?) , pero para nada está diciendo -como cree el tipo de la homilía- que uno forma parte del Reino de Dios gracias a que alguien -cuando era chiquitín- le mojó la cabecita...

Mientras meditáis sobre ello, dad gracias a Dios en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...


Fuentes: Desiring God, A Scriptural Critique of Infant Baptism by John MacArthur


viernes, 14 de mayo de 2010

De que María Fue Altamente Favorecida pero No Llena de Gracia...


Uno de los argumentos más repetidos por los marianos católicos para defender que María -al igual que el Señor Jesús- permaneció sin pecado toda su vida es Lucas 1:28.
Y llegando a ella le dijo "Dios te salve María, llena eres de Gracia. El Señor es contigo...
El movimiento mariano sostiene que el don de María como inmaculada está implícito en la frase LLena eres de Gracia.

Ahá, no acabo de ver la relación pero hey, esos son sus argumentos, no los míos...

Ahora bien, qué palabras se emplean en el griego original?

Las siguientes:
kai eiselthOn o aggelos pros autEn eipen chaire kecharitomene ho Kurios meta sou eulogemenesu en gunaixin
La palabra en cuestión que ha sido traducida como Llena de Gracia es κεχαριτωμενη, es decir, kecharitomene.

La forma verbal en que aparece kecharitomene es poco común. Dicha palabra se encuentra en Participio Pasivo Perfecto lo cual da una serie de matices interesantísimos.

Lo que implica el hecho de que el participio esté en perfecto es que empezó antes del tiempo del hablante, ya ha sido cumplido en el tiempo del hablante y que seguirá en el futuro.

Esta forma verbal aparece también en la Septuaginta, más concretamente en el Salmo 118:26 donde leemos,
Bendito el que viene en el Nombre del Señor
La palabra que se traduce al castellano como Bendito es en el griego original eulogamenos que está en Participio Pasivo Perfecto y que significaría algo así como habiendo sido bendito...

También se emplea en Efesios 2:8, irónicamente, uno de los textos más citados por los reformados para defender que somos salvos por Gracia
Porque por Gracia sois salvos mediante la fe...
En efecto, la palabra que en castellano se traduce como Salvos es sesosmenoi la cual es Participio Pasivo Perfecto.

Qué matices da dicha palabra en este pasaje concreto?

Que aquellos a los que se dirigía la epístola -los efesios creyentes en el Señor- era salvos antes de recibir dicha epístola, seguirán siendo salvos al momento de leerla, y serán salvos hasta el final.

(Pst, pst... si es que efectivamente han recibido el Espíritu Santo que sella para Salvación...)

Ahá, la traducción de dicha forma verbal es complicadísima, tal vez por eso la primera traducción de la Vulgata Latina, tradujo kecharitomene como Plena Gratia.

Se quedó corto en la semántica de la palabra una vez visto lo visto?

Cortísimo.

Cuál habría sido la traducción más precisa?

Hmm, tal vez Muy favorecida, o altamente favorecida.

Notemos que en ninguna de estas dos alternativas queda implícita la impecabilidad de María, simplemente que recibió mucha Gracia por parte del Señor, lo cual es indudable.

Ahora bien, Lleno de Gracia en griego sería literalmente Pleres Charis.

Hay solo un versículo en el Nuevo Testamento donde leemos Pleres Charis, y se refiere a Jesús.

Tomemos la cita de Jesús donde aparece Pleres Charis,
Y el Verbo se hizo hombre y habito entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de Gracia y de verdad
Juan 1
Por pura lógica hemos de deducir que Pleres Charis indica mayor categoría que kecharitomene porque en caso contrario estaríamos diciendo que María es más agraciada que el mismísimo Señor Jesús.

La conclusión a esto es que el texto griego no permite de ninguna forma que en Lucas 1:28 se diga que María es llena de Gracia, es muy agraciada o muy favorecida si así lo deseas, pero no llena de Gracia.

Tampoco sirve para sostener que al ser muy favorecida no pecó jamás.

María fue muy favorecida y recibió mucha Gracia porque llevó en su vientre a Jesús y sobretodo porque fue salva pero que sea muy agraciada no implica que jamás pecara.

Es más, si María no hubiera sido consciente de la necesidad de un Salvador, jamás habría dicho unos versículos más adelante que,
47 Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
Nadie inmaculado necesita ser salvado, pues solo los pecadores necesitan redención.

Esta falta de precisión a la hora de traducir kecharitomene viene de la Vulgata Latina que fue la primera traducción al latín.

Dicha falta ha sido subsanada en la actualidad, al punto que incluso Biblias católicas traducen kecharitomene como Altamente favorecida.

En efecto, observemos la traducción de Lucas 1 de la New American Bible, la Biblia oficial de la iglesia católica norteamericana:
And coming to her, he said, "Hail, favored one! The Lord is with you."
Por todo ello, cada vez que algún católico sostenga que maría jamás pecó porque era llena de Gracia, le podemos recordar que la única persona llena de Gracia que leemos en el Nuevo Testamento...

Es Jesús.

Mientras meditais en todo esto, dad gracias por todo a Dios en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...


martes, 11 de mayo de 2010

De Errores Doctrinales que Hacen Mover el Dedito a Calvino (5)


Leyendo la entrada sobre el Bautismo de la Enciclopedia Católica (todo un deporte de riesgo no apto para cardíacos...) me encuentro con lo siguiente
Bautismo de los Muertos

En cuanto al bautismo para los muertos, un pasaje curioso y difícil en la Epístola de San Pablo ha dado pie a alguna controversia. El Apóstol dice: "De no ser así ¿a qué viene el bautizarse por los muertos? Si los muertos no resucitan en manera alguna ¿por qué bautizarse por ellos?" (I Cor., xv, 29).
Parece no haber duda aquí de que exista la absurda costumbre de conferir el bautismo sobre cadáveres, como se practicó más tarde en algunas sectas herejes.
Eingh?

Sin duda esto es una misión para el dedito de Juan Calvino!!

Dedito...

Dedito...

HABLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGH...!

El dedito está que no para...

Pero por qué las incesantes oscilaciones de nuestro dedito?

Porque una lectura de del contexto de la cita de la entrada nos permite ver a qué se refiere Pablo.

Leamos dicho contexto, es decir, los versículos que preceden a la cita en cuestión:
12 Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?

13 Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó.

14 Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.

15 Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan.

16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó;

17 y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.
El versículo 29 que cita la Enciclopedia Católica, debe leerse en su contexto.

Pablo no está diciendo que exista la costumbre entre los corintios de bautizar a los muertos, lo que está haciendo es refutar una doctrina surgida entre algunos corintios que niega la resurrección de los muertos:
¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?
En efecto, lo que Pablo dice es que si no hay resurrección de muertos, Cristo no resucitó, si Cristo no resucitó, seguimos en nuestros pecados, y si al hecho de que seguimos en nuestros pecados, le sumamos la realidad del sufrimiento y lucha que experimentaba contínuamente Pablo en sus viajes, llegamos a la misma conclusión que él manifiesta en el versículo 19
Si la esperanza que tenemos en Cristo fuera sólo para esta vida, seríamos los más desdichados de todos los mortales.
El comentario de la Enciclopedia católica es un buen ejemplo de lo que pasa si sacamos una cita de su contexto, es decir, que podemos encontrarnos con un versículo que puede dar pie a alguna controversia...

Así pues, la conclusión a la que el dedito nos hace llegar es que si Jesús no ha resucitado, no tiene sentido que nadie se bautice en el Nombre de alguien muerto.
29 De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos?
Al mismo tiempo, fijémonos en otro aspecto importante.

La cita de la Enciclopedia Católica dice se bautizan por los muertos, no se bautizan a los muertos...

Visto lo cual se hace incomprensible que los tipos de la Enciclopedia especulen con la idea del bautismo de muertos.

Recordad niños, nunca leais un texto fuera de su contexto.

Mientras meditais sobre esto, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...


sábado, 8 de mayo de 2010

De qué es el Evangelio (2)


Al final de la primera parte de esta serie, me preguntaba que, si resulta que Dios es Justo.

Si resulta que eso es una mala notícia para nosotros porque el hombre no puede dejar de infringir la Ley de Dios, es decir, de pecar.

Si resulta que Dios no puede dejar de observar Su Ley -castigar al culpable- porque entonces dejaría de ser Justo.

Si resulta que toda alma pecadora pierde la vida eterna y está condenada a la eterna separación de Dios porque donde hay Santidad no puede haber pecado.

Y si resulta que Evangelio significa Buena Nueva...

¿Cuál es entonces la buena nueva que anuncia el Evangelio?

Hasta ahora solo hemos visto malas notícias, no es cierto?

Pues bien, la Buena Nueva es que Dios es Amor y que nos ha dado una oportunidad en Jesús.

Solo una.

Dios ha encontrado la manera de responder a la pregunta Cómo puede un Dios Justo perdonar al culpable y seguir siendo Justo, satisfaciendo Su Justicia contra el culpable, perdonándolo y dándole vida eterna.

Y el Señor lo hace así...

Dios -el Verbo de Dios- se encarna en un ser humano, lleva una vida perfecta de acuerdo a la Ley de Dios, una vida que nadie es capaz de llevar, y acepta recibir en él, el castigo que nos corresponde a nosotros.

La respuesta a la pregunta de Cómo puede un Dios Justo perdonar al culpable y seguir siendo Justo, es la Cruz.

La Cruz demuestra que Dios es Santo, Justo y Amor.

Justo porque la Justicia de Dios se observa; el pecado recibe su castigo: la muerte.

Santo porque la Santidad de Dios no se ve afectada; a todas las almas de los que creemos en Jesús se les imputa su justícia, la vida justa de acuerdo a la Ley de Dios que vivió.
Por tanto, todos los que creemos en el trabajo redentor de Jesús, todos los que creemos que resucitó como demostración de que su sacrificio había sido aceptado, podemos tener comunión con Dios.

Y Amor porque Dios no tenía por qué darle vida eterna a unos cuantos seres humanos, es decir, si Dios no hubiera creado este mundo, Dios seguiría siendo Perfecto, Omnipotente, Santo, Justo...

Pero por Gracia, por pura Gracia, Dios decidió dar el regalo de la vida eterna a unos pocos seres humanos, unos pocos seres humanos que jamás podrían haber hecho nada para merecer dicha Gracia.

Porque somos salvos de la eterna separación de Dios por Gracia.

En efecto, en la cruz hay una transferencia de justicias.

Jesús recibe el castigo que nos corresponde a nosotros por nuestros pecados, y a los que creemos en él, se nos imputa su justicia, su vida sin pecado.

Esto ya fue anunciado en el Antiguo Testamento en los sacrificios del Templo.

Una vez al año, el Sumo Sacerdote agarraba un cordero sin mancha ni defecto, imponía las manos sobre él, y simbólicamente la imputaba los pecados del pueblo.

Acto seguido ejecutaba la Ley de Dios, El alma que pecare, esa morirá, es decir, degollaba al cordero.

El pecado del pueblo recibía su castigo -la muerte- y al pueblo se le imputaba la justícia, la pureza del cordero.

Pues bien, Jesús era el Cordero de Dios.

Juan Bautista cuando ve a Jesús dice, He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo...

Jesús llevó una vida sin pecado de acuerdo a la Ley de Dios y aceptó recibir en él, el castigo que nos habría correspondido a nosotros.

Este regalo, el perdón de los pecados al ser Jesús quien carga con el castigo que suponen, y la imputación de la justícia de Jesús se recibe única y exclusivamente por fe.

Por eso los cristianos decimos que somos salvos por Gracia mediante la fe, no por obras.

Es decir, yo no soy salvo por ir de aquí y allá predicando el Evangelio, yo no soy salvo porque ore mucho o dé dinero a los necesitados...

Yo soy salvo no por lo que yo haga o pueda llegar a hacer, soy salvo por lo que Jesús hizo en mi lugar, soy salvo porque Jesús cargó con mis pecados y porque me imputó su justícia, la vida sin pecado que él vivió.

La Gloria, el mérito de mi Salvación es de Jesús, no mía.

¿Significa todo esto que los cristianos tenemos carta blanca y podemos pecar?

La respuesta a esto es muy sencilla: NO, más bien al contrario.

El Cristianismo una religión única en el mundo, es decir, todas las demás religiones del mundo son: Haz y Serás.

En otras palabras, medita los mantras y serás budista, peregrina a la Meca una vez en tu vida y serás musulmán...

Todas las religiones del mundo estimulan el orgullo humano, todas apuntan al mérito personal, al Yo.

Haz para Ser.

El que es Justo, lo es por sus propios méritos.

Pero en el Cristianismo pasa precisamente lo contrario.

El Cristianismo predica el Evangelio, si la persona que lo escucha cree de todo corazón que Jesús cargó con su pecado y que resucitó, es salva puesto que sus pecados son perdonados y recibe la imputación de la justícia de Jesús.

Por tanto el cristianismo no es Haz y Serás.

El cristianismo es: crees el Evangelio?
Si lo crees de todo corazón Eres, por tanto, Haz.

Es decir, porque eres salvo, no peques más.

Porque Jesús te perdonó tus faltas, perdona tú las de los demás.

Porque Dios tuvo paciencia contigo, sé paciente con los demás.

Porque el Espíritu Santo de Dios mora en ti, trata a tu cuerpo en consecuencia.

Porque eres, haz…

Si la persona que dice ser cristiana, lleva una vida contraria a las enseñanzas de Jesús, si se ama a sí mismo o algo terrenal antes que a Dios, si antepone sus tradiciones antes de la voluntad de Dios... demuestra que jamás ha recibido el Espíritu Santo y que su forma de vida es guiada por costumbres, tradiciones o normas de apariencia recta e indudablemente moral, pero nunca por el Amor a Dios.

Nuestra Salvación no depende de lo que nosotros hemos hecho, no depende de lo mucho o poco que pequemos, o de las veces que acudamos a la iglesia.

Depende de nuestra fe en Jesús, nuestro trabajo, es el trabajo que él hizo en nuestro lugar.

Por eso el Evangelio no es una serie de reglas para ser mejor persona o para ganarte el cielo, el Evangelio es el anuncio de lo que Dios ha hecho por ti, ya sabes, acepta esta oportunidad única.

Esto es una auténtica piedra de tropiezo para el que su último fin es él mismo porque ningún hombre soportaría que el mérito de todo aquello bueno que él hace, no sea suyo sino de otro...

Ahora bien, ¿Significa el hecho de ser justificado que los cristianos no pecan nunca?

No, los cristianos pecamos.

La diferencia entre un cristiano y un no cristiano es que mientras el segundo vive muy cómodo en su pecado, el primero lucha contra él con las fuerzas que Dios le da.

¿Significa esl hecho de ser justificado que un cristiano no puede pasar por períodos de mundanidad?

No, puede pasar por períodos en los que puede estar por un tiempo frío, de espaldas a Dios.

¿Pero puede un cristiano llevar una vida de espaldas a Dios, yendo simplemente a la iglesia una vez por semana y orando cuando lo necesita?

Imposible.

Por qué?

Porque solamente puede creer en Dios aquella persona que haya recibido el Espíritu Santo.

Solamente confiará ciegamente en el trabajo de Jesús quien haya recibido el Espíritu Santo, y toda persona que haya recibido esta Gracia es una nueva criatura, y las nuevas criaturas no pueden evitar vivir de acuerdo a su nueva naturaleza.

Ningún árbol malo puede dar fruto bueno, pero tampoco ningún árbol bueno puede dar fruto malo.

Cuando una persona recibe el Espíritu Santo es regenerada, su naturaleza cambia y poco a poco va dejando atrás su vieja naturaleza, por qué?

Porque Son.

Son Hijos de Dios, y porque son... actúan en consecuencia.

La evidencia de la Regeneración, del Nuevo Nacimiento a Dios no es la observancia de reglas morales, lo es una vida transformada a imagen de Jesús en Amor a la Voluntad última de Dios.

Porque hay fes sin Amor a Dios, pero no hay Amor a Dios sin fe.

Por eso nos decía Jesús aquello de Por sus obras les conoceréis.

Así pues, éste es el Evangelio: Dios -el Verbo de Dios- se encarnó en un ser humano, llevó una vida perfecta de acuerdo a la Ley de Dios, una vida que nadie es capaz de llevar, aceptó recibir en él, el castigo que nos corresponde a nosotros y fue resucitado como demostración de que su sacrificio expiatorio había sido aceptado.

Si crees esto de corazón, eres salvo, por tanto: actúa en consecuencia.



Mientras tanto dad gracias por todo a Dios en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...


jueves, 6 de mayo de 2010

De qué es el Evangelio (1)

Pst, pst, lo que hay a continuación es parte de la prédica callejera que hacemos en las calles...
Cualquier persona, que no haya leído jamás el Nuevo Testamento y se encuentra con la figura de Jesús, solo puede llegar a tres conclusiones.

La primera es que Jesús era un loco…
Porque cuando te encuentras un hombre yendo de aquí para allá, prometiendo Vida Eterna si le sigues porque cree que es el Mesías y no lo es, no hay otra, está loco.

La segunda posibilidad es que Jesús era un mentiroso.

Él sabía que no podía dar Vida Eterna a todo el que le siguiera, él sabía que no era el Mesías y no obstante, Jesús afirmaba lo contrario.
Si Jesús fue un mentiroso, engañó a más gente que ningún otro falso profeta en toda la historia de la humanidad, Mahoma inclusive.

Pero son tres las opciones, cierto?
La primera es que era un loco, la segunda que era un mentiroso, y la tercera es que efectivamente Jesús fuera aquel que dijo que era: el Mesías.

Y Jesús pasó los tres últimos años de su vida predicando el Evangelio.

Esta palabra todo el mundo la ha oído alguna vez pero pocos saben qué quiere decir.

Pues bien, Evangelio significa literalmente “Buena Nueva”.

Y se podría decir que el Evangelio empieza así: Dios es Justo.

Es preferible un Dios justo que uno injusto, no es cierto?

Pues bien, en realidad no, el hecho de que Dios sea justo es el mayor problema para el ser humano.

Por qué es nuestro mayor problema?
Porque el hecho de que Dios sea Justo implica que Dios tiene una Ley, y nadie conoce en profundidad dicha Ley, pero sí lo suficiente como para saber que la vulneramos contínuamente.

No tengo que pasar ni un segundo para convencer a nadie de que es pecador, porque eso es lo que es el pecado: la vulneración de la Ley de Dios.

Ahora bien, teníamos que Dios es Justo, y que eso implica que tiene una Ley la cual, todos sabemos que de un modo u otro incumplimos continuamente, cierto?

De ahí que el problema más grande las Escrituras es el siguiente, ¿cómo puede un Dios Justo, perdonar al culpable y seguir siendo Justo?

Un ejemplo gráfico para que se entienda qué quiero decir.

Supongamos que un asesino mata a toda tu familia, tú agarras a ese asesino y lo llevas ante el juez.

Y el juez -después de sopesar todas las pruebas- le dice al asesino que ha matado a tu familia “Sé que eres culpable, no obstante, que sepas que soy un juez de amor...
No puedo condenarte, vete, ¡estás libre!”


¿Que haría cualquier persona ante un juez así?

Removería cielo y tierra para denunciar que hay un juez más corrupto que los asesinos que deja libre.

Si Dios es justo, debe satisfacer Su Justicia.

Y la Ley de Dios dice, El alma que pecare, esa morirá.

Lo que esto quiere decir es que ninguna alma impura puede tener vida eterna en comunión con Dios, de ahí que toda alma pecadora esté condenada a la eterna separación de Dios por toda la eternidad.

Es decir, Dios no castiga con la eterna separación de Él por gusto, sino porque la Santidad no puede tener comunión con el pecado.

Daré un ejemplo gráfico para que se entienda.

Imaginemos un lago de agua pura.
Todos y cada uno de los mililitros que compone ese lago está compuesto por agua pura, el agua más pura que puede haber y jamás habrá.

Si en ese lago de agua pura cayera una gotita de agua contaminada, ese lago sería cualquier cosa menos un lago de agua pura.

Esto es un reflejo de lo que pasa con Dios.

Dios es pura Santidad, y la Santidad no puede tener comunión con el pecado de la misma manera que donde hay Luz no pude haber Sombra.

En otras palabras, Dios no puede permitir que almas impuras deambulen en el Paraíso porque entonces el Paraíso dejaría de ser el Paraíso.

Dios no sería pura Santidad si pudiera tener comunión con la impureza, con el pecado.

Pero decíamos que Evangelio significa Buena Nueva, y hasta ahora no ha habido muy buenas noticias que digamos.

Teníamos que Dios es Justo y eso es una mala notícia para nosotros porque vulneramos contínuamente la Ley de Dios.

Teníamos que Dios no puede dejar de castigar al culpable porque entonces perdería Su esencia, y teníamos que todo aquel que peque, pierde la vida eterna puesto que está condenado a la eterna separación de Dios.

Por tanto, ¿Cuál es la buena nueva que anuncia el Evangelio?

La respuesta a esta pregunta lo desarrollaré en la segunda parte de esta entrada...

Mientras tanto, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo.

martes, 4 de mayo de 2010

De Dobles Raseros con Israel


Leo un artículo del diario Público titulado Hasta los 'clowns' son un peligro para Israel del cual destaco lo siguiente:

"Somos los cuerpos de élite de la infiltración circense en Palestina. La crème de la crème del terrorismo lúdico internacional. Somos un ejército que tiene por armas tartas de nata y bolas de malabares".

Así se presenta el clown Iván Prado tras ser expulsado de Israel por presuntos "motivos de seguridad".
Alguien se imagina la reacción de la prensa española si una compañía de payasos de Hernani se presentara del siguiente modo?
Somos un talde de infiltración jocosa en el Estado. Las cocochas de las cocochas del terrorismo lúdico abertzale, que tiene por armas bombas lapa de mazapán y dispara chistecitos a quemaropa...
Una vez más, el doble rasero con los asuntos de Israel causa sonrojo.

Ncht!