Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



miércoles, 20 de enero de 2010

De Romanos 1:16-17 (1)

16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.

17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.

Romanos 1:16-17

Déjame aclarar algo, el versículo 16 no significa que el Evangelio tiene el poder de convertir a la gente automáticamente como por arte de magia, pues este error es repetido por algunos evangélicos, lo que significa es que el Evangelio es el Poder de Dios para llevar a los que creen a Su eterna y segura presencia.

Esta frase tan complicada necesita una explicación, aunque, hagamos bien las cosas, y situémonos de lleno en el contexto necesario que nos ayude a una mejor comprensión del texto.

Veamos, Pablo nos habla de Salvación, bien, pero Salvación de qué?

La respuesta escandaliza a los que creen que Dios es algo así como un viejecito simpático dispuesto a perdonar siempre las travesurillas de sus nietecitos...

El Evangelio nos salva de la Justicia de Dios, de la Ira de Dios.

Esto queda claro en el versículo siguiente:
18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;
En efecto, el pecado no puede tener comunión con la Santidad, de ahí que el castigo al pecado sea la muerte, es decir, la eterna separación de Dios.

Eso es lo que quiere expresar el sistema sacrificial establecido por Dios de Levítico, ya sabes, las almas impuras no pueden alcanar la Vida Eterna en la presencia de Dios porque si en el Paraíso pudieran haber almas pecadoras, el paraíso dejaría de ser el Paraíso.

El Paraíso es un lugar de pura Santidad y donde hay Santidad no puede haber pecado del mismo modo que donde hay luz no puede haber sombra.

No puede haber vida eterna para aquella alma que peque y lo terrible del caso, el problema del ser humano no es que peque...

Es que no puede dejar de pecar.

Esto implica que de entrada, el ser humano está condenado a verse privado de la Vida Eterna en comunión con Dios.

Sigo.

Pero qué es el Evangelio?

El Evangelio es la Buena Nueva de que Dios ha encontrado la manera de satisfacer Su Justicia y Su Santidad y que lo hace mediante Su Amor.

Es decir, Dios mismo -el Verbo de Dios- se encarna en un ser humano, vive una vida de acuerdo a la Ley de Dios y accede voluntariamente a recibir en él el castigo que nos correspondería a nosotros.

A los que creemos en el trabajo redentor de Jesús se nos imputa su justicia -su vida de observación perfecta de la Ley de Dios- mientras que él accede voluntariamente a recibir en la cruz, el castigo que nos correspondería a nosotros.

Por eso decimos que somos salvos por fe, porque no lo somos por lo que nosotros hayamos hecho o podamos llegar a hacer, sino porque se nos imputa el trabajo de Jesús.

Esto queda muy claro en Romanos 5:9, observa:
9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.

El Evangelio es un anuncio, un anuncio de lo que Dios ha hecho por ti, quien crea en esto es salvo, y la evidencia de una alma salva es una vida de santidad mediante el poder del Espíritu Santo que recibe el creyente.

Así pues, esto es -brevísimamente resumido- la historia más extraña, loca y maravillosa que el mundo ha escuchado jamás: el Evangelio.

Por tanto, cuando leemos en el versículo 16 que el Evangelio es poder de Dios para salvación, lo que dice es que el Evangelio es el poder de Dios que rescata -o redime- a los creyentes, de la Ira de Dios.

Ahá, he escrito Ira con mayúscula...

Ahora bien, cómo hace tal cosa el Evangelio, cómo salva a los que creemos en él?

La respuesta está en el versículo siguiente, el 17:
en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
Detengámonos en lo que dice Pablo.

Pablo nos habla de la Justicia de Dios, no es cierto?

Es decir, Pablo no destaca la Santidad ni el Amor de Dios los cuales también forman parte de la Buena Nueva, sino que sobre lo que Pablo pone el punto de mira es en la Justicia de Dios.

Por qué?

Porque es lo que está en peligro si se perdona al culpable (Dios dejaría de ser Justo si no cumple Su Ley), y porque la Ira es producto de la Justicia de Dios.

La Ira es el juicio, y el Evangelio es la buena noticia de que gracias al Amor de Dios, Dios mismo nos salva de Su Justicia sin vulnerarla, y sin que Su Santidad quede mancillada.

Por un puro acto de Amor, como he dicho más arriba, el Verbo de Dios se encarna en un ser humano y lleva una vida de acuerdo a la Ley de Dios.

En la cruz hay una transferencia de justicias, a nosotros se nos imputa la Justicia de Jesús, mientras que él recibe el castigo que nos correspondería a nosotros.

Aquel que recibe la justicia de Jesús, es decir, a los que creen en él, su alma queda purificada y por tanto, puede tener comunión con Dios tras su muerte.

Esa es la Buena Nueva, Dios ha observado Su Ley (ha castigado tu pecado...), y tú eres salvo...

Has sido salvo... pero salvo de la Justicia, del castigo que demanda a toda alma que peca que prescribe la Ley de Dios, de la obligación esencial que tiene Dios de hacer cumplir Su Justicia: El alma que pecare, esa morirá.

Una cosa nos lleva a la otra, y es importante destacar este aspecto porque hoy en día a causa del Humanismo que lo impregna todo, tenemos poca consciencia del estado del ser humano, del destino que le espera a todo el que no sea objeto de la Gracia de Dios.

Hoy en día tampoco se sabe cómo planeó Dios la Salvación, qué consiguió Jesús en la cruz, el por qué de la cruz, el por qué del derramamiento de la sangre de nuestro Señor, el trabajo del Espíritu Santo en el creyente, qué...

Sigo con el tema que divago...

Hmm, estaba en la pregunta de cómo salva Dios a los creyentes? cómo nos lleva a la presencia de Dios cuando de hecho Su Justicia nos hace ser merecedores de la eterna separación de Él?

La respuesta a todo esto la encontramos en el versículo 17:
Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
Ahora bien, no decíamos que nuestro mayor problema es la Justicia de Dios, que Dios es Justo?

En efecto, si Dios es Justo y nosotros violamos contínuamente Su Ley, la consecuancia es lógica: estamos condenados.

Es eso una Buena Noticia?

No.

Por qué es entonces una Buena Nueva que la Justicia de Dios se revele en el Evangelio cuando la Ley nos declara manifiestamente culpables?

La respuesta es que efectivamente el Evangelio, revela la Justicia de Dios y nos salva, esa es la Buena Nueva.

La Justicia de Dios demanda una santidad que nosotros somos incapaces de alcanzar, la Buena Nueva es que Dios mismo provee los medios para que alcancemos dicha santidad, sin vulnerar Su Justicia.

Es la Cuadratura del Círculo, pues lo que parecía imposible tiene lugar.

De este modo el Proverbio 10:12 llega a alcanzar valor profético:
El odio despierta rencillas: Mas el Amor cubrirá todas las faltas.
La razón por la que el Evangelio es el Poder de Dios para Salvación es que en él, en el Evangelio, Dios revela la Justicia destinada a nosotros, la cual es precisamente la que el Señor nos demanda.

Lo que necesitábamos, lo que éramos incapaces de conseguir, Dios nos lo da gratuitamente.

Dios nos provee Su Justicia, la Justicia de Dios.

Este es el anuncio del Evangelio, esta es la Buena Nueva, que aquello que te condenaba, sin merecerlo te da Vida Eterna.

Recordáis?
18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;
Dónde hallamos la esperanza necesaria para escapar de aquella condenación asegurada por nuestro contínuo pecar?

La respuesta se encuentra también en el Evangelio: Dios nos provee de una Justicia que no es la nuestra, Dios nos da justo aquello que Él demanda.

Es Su Justicia la que se nos imputa por Fe, es el trabajo redentor de Jesús el que nos da vida, es mi pecado con el que cargó Jesús, es mi culpa la que ya ha sido pagada.

Esto nos deja con una sensación de humildad absoluta...

Mi Salvación no me la he ganado yo... la elección es del Padre, la redención de Jesús y mi santificación es obra del Espíritu Santo, por tanto, tengo algo de qué enorgullecerme?

No.

Por eso decimos que somos salvos por Gracia, por el mensaje que nos dice el Evangelio, ya sabes, tú necesitas algo que no puedes conseguir, estás espiritualmente muerto, pero Dios...

Pero Dios, por un puro acto de Misercordia, da lo que yo jamás podría conseguir: Paz con Dios y Vida Eterna.

Dejo una pausa para poder asimilar un poquito la grandeza de la Gracia de Dios...

...

...

Sigo.

El Evangelio es Poder de Dios para todos los que creemos porque en él, Dios nos da lo que demanda de nosotros: Justicia, es decir, el cumplimiento de la Ley más escrupuloso, ya sabes, la Santidad no puede tener comunión con el pecado, recuerdas lo que he dicho más arriba?

En consecuencia, el Evangelio manifiesta como un regalo de Cristo, lo que antes era la demanda más angustiosa e inalcanzable que pudiéramos imaginar: Cumplimiento de la Ley de Dios.

Todavía queda mucho por explicar sobre estos versículos, pero para no agotar a quien haya leído esta entrada, (Pst, pst, la ha leído alguien...?) desarrollaré lo que falta en entradas posteriores.

Mientras tanto, demos gracias por todo a Dios Padre en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...