Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



sábado, 12 de junio de 2010

De Hebreos 10:14, ya Sabes, de que con Un Sacrificio Hizo Perfectos para Siempre a los que Está Santificando o, Nada de Penitencias...

Muchas veces uno se encuentra con versículos que hacen pedazos doctrinas fundamentales ajenas.

Hebreos 10:14 -a modo de ejemplo- tritura el sacramento de las penitencias.

En esta entrada veremos por qué.

Pero antes de nada, debemos definir qué son las penitencias.

Según el Catecismo, las penitencias son un intento de establecer el equilibrio con Dios conseguido por el sacrificio de Jesús, mediante la expiación de los pecados cometidos posteriormente al bautizo.

Algo tan aparentemente inocente es realmente herético pues la doctrina de las penitencias niegan la suficiencia del sacrificio de Jesús.

Eso es justo lo que nos dice la Biblia,
14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los que está santificando.
De quién habla el texto?

Lógicamente de Jesús.

Cuál es la ofrenda que menciona?

La muerte del Señor en la cruz, su cuerpo, tal como nos indica el versículo décimo,
10 En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.
Pero fijémonos en la forma verbal en la que aparecen los verbos del versículo catorce.

Hizo perfectos o Ha hecho perfectos son traducciones bastante aceptables, puesto que indican conclusión, finalización, es decir, lo que el versículo nos dice es que Jesús ha hecho perfectos para siempre a un grupo de personas mediante el sacrificio que hizo por sus pecados.

Esta redención es vista como definitiva, completa y sobretodo, eterna.

No obstante, es interesante fijarse en la forma verbal en la que aparece Está santificando en el griego original.

Dicha forma verbal aparece en tiempo presente con el matiz de que la acción se desarrolla en un proceso contínuo.

Teniendo esto en mente, deberíamos observar que tal vez la traducción más precisa sería Ha hecho perfecto a los que están siendo santificados.

Tener claras las formas verbales y los matices que implican todas y cada una de ellas son fundamentales a la hora de entender qué nos está diciendo el autor de la carta.

Por tanto, volvamos a tomar el versículo 14 introduciendo los matices apropiados.
Porque con un solo sacrificio (El realizado al ofrecer Jesús su cuerpo en la cruz) hizo perfectos para siempre a los que está santificando (a los que están siendo santificados en un proceso que continúa indefinidamente en el tiempo).
A lo largo del capítulo décimo de la carta a los Hebreos, el autor nos ha dejado claro que el sacrificio de Jesús por el pecado se realiza en cumplimiento a la Ley Mosaica.

Recordáis?
Una vez al año, el Sumo Sacerdote agarraba un cordero sin mancha ni defecto, imponía sus manos sobre él, y simbólicamente, le imputaba al corderito los pecados del pueblo.

Acto seguido, el sumo sacerdote ejecutaba la Ley de Dios, El alma que pecare, esa morirá, es decir, sacrificaba al cordero.

Mediante dicho sacrificio, se producía una transferencia de justícias, los pecados del pueblo eran cargados por el cordero, y la pureza del cordero se imputaba al pueblo.

Este sacrificio se debía repetir año tras año para evidenciar la insuficiencia de la ceremonia y la necesidad de un Salvador que realizara un sacrificio definitivo, un sacrificio que redimiera al pueblo de Dios por sus pecados para siempre.

Eso es lo que leemos en los primeros versículos del capítulo décimo,
1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.

2 De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado.

3 Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados;

4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.
Los versos son claros, la Ley mosaica era incapaz de perfeccionar el alma de nadie, y dicha incapacidad, es un grito de auxilio (Ley ritual como la sombra de los bienes venideros...) por un sacrificio redentor definitivo.

Ese sacrificio fue realizado por el Señor Jesús, de ahí que Juan Bautista dijera,
29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Juan 1
Aquello que marca la diferencia entre los sacrificios mosaicos y el de Cristo, es el sacerdote que ofició uno y otro.

Esto queda claro en los versículos 11 y 12, veámoslo:
11 Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados;

12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,
Esta última parte es bastante importante tenerla en cuenta porque solamente puede significar tres cosas, a saber.

La primera es que la obra está finalizada; la segunda es que Dios está satisfecho con la propiciación presentada por Jesús; y la tercera que Jesús tiene poder y autoridad absoluta.

No os recuerda esto al profecía de Daniel?
13 Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él.

14 Y le fue dado dominio, Gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.
Amén!

Lo que los versículos anteriores nos están diciendo es que Jesús ha cumplido definitivamente lo que debía cumplir, es decir, que la expiación ha sido conseguida.

Con todo esto en mente, volvamos al versículo catorce,
14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los que están siendo santificados.
Fijémonos que se nos dice que Jesús ha perfeccionado a su pueblo y lo ha hecho de una manera completa, definitiva, para siempre.

Nos está diciendo el autor de hebreos que los cristianos no pecan nunca, que nunca se ponen enfermos, que nunca abren los ojos cuando están en la ducha y tienen la cabeza llena de jabón?

En absoluto, los cristianos pecamos, nos ponemos enfermos y abrimos los ojos cuando estamos en la ducha y tenemos la cabeza llena de jabón una y otra vez, una y otra vez hasta que lloramos y llamamos a mamá...

La clave para entender el significado de lo que tenía en mente el autor de la carta a los hebreos la encontramos al final de la frase, es decir, Ha hecho perfectos para siempre a los que están siendo santificados.

Por qué es la clave?

Porque nos encontramos ante una aparente paradoja...

Que no es tal.

En efecto, por un lado se nos habla de que los redimidos han sido hechos perfectos para siempre, pero inmediatamente después se nos dice que los perfectos están siendo santificados... No son perfectos los santos? o es que era acaso esquizofrénico el autor de hebreos?

No, estaba hablando de lo mismo.

El asunto es que hemos de entender de qué tipo de perfección nos está hablando.
Tanto los versículos que van del 15 al 18 como los que van del 1 al 4, nos dan la solución,
15 Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho:

16 Este es el pacto que haré con ellos
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en sus corazones,
Y en sus mentes las escribiré,

17 añade:
Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.

18 Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.
Los versículos 1 al 4 ofrecen un paralelismo todavía más claro,
1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.

[...]

4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.
No está claro?
Sacrificios/Sangre de toros, Hacer perfectos/Quitar los pecados...

En efecto, los que están siendo santificados han alcanzado la perfección por lo que respecta al perdón de los pecados.

La razón por la que se cita a Jeremías dentro de un contexto del Nuevo Pacto el cual es sellado con la sangre de Cristo, es porque ahora hay un perdón definitivo, total por nuestros pecados.

Y en este sentido, sí que son perfectos los que están siendo santificados pues -gracias al sacrificio de Jesús- Dios no se acordará más de nuestros pecados.

Esto es precisamente lo que nos dice el versículo 14, no es cierto?
Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los que están siendo santificados.
Al mismo tiempo, el hecho de que los redimidos por Jesús estén siendo santificados nos explica el por qué los creyentes caemos una y otra vez.

Es decir, el proceso de santificación dura a lo largo de la vida del creyente, durante dicho proceso el susodicho va abandonando los viejos ropajes de su vieja naturaleza y se va revistiendo de Cristo, se interesa más por servir que por ser servido, persevera en oración, abunda en buenas obras sin buscar la palmadita en la espalda sino más bien al contrario, dando todo el mérito de su buen obrar a Cristo...

Avanza, se asemeja cada vez más a su Señor, pero a causa de su naturaleza caida y el mundo en el que se encuentra, el creyente no puede evitar caer en pecado.

Todos los seres humanos pecan, no obstante, la diferencia entre los que están siendo santificados y los demás es que mientras los primeros luchan contra su pecado con las fuerzas que Dios les da, los segundos ni siquiera son conscientes de su estado.

Es por esto que se nos dice que están siendo santificados, pues la santificación dura a lo largo de la vida del creyente y es solo protagonizada por aquellos que han sido redimidos y son recipientes del Espíritu Santo.

Por tanto, si creemos que Jesús pagó por nuestros pecados, si creemos en el valor de su sacrificio sustitutorio, si creemos que la resurrección es la demostración de que su propiciación fue aceptada, no podemos hacer penitencias para expiar pecado alguno.

Significa eso que los cristianos podemos pecar todo lo que nos dé la gana porque Jesús pagó por nuestros pecados?

Nunca.

Las epístolas están llenas de advertencias de los apóstoles para no tomar la Gracia de Dios como una licencia para pecar.

Qué hemos de hacer si pecamos?

Si pecamos contra un hermano, debemos confesar nuestra falta a Dios, pedirle perdón por nuestro pecado, y luego hacer otro tanto con el hermano en cuestión demostrando con nuestro obrar que nuestro arrepentimiento es genuino.

Pero nada, nada de lo que hagamos podrá hacernos más justos a ojos de Dios, nada de lo que hagamos podrá expiar un pecado pues los pecados solo se pueden expiar con la sangre del pecador.

La falta de fe se traduce siempre en dos posibles disyuntivas: O un rechazo total a la Palabra de Dios, o Legalismo.

Todas las doctrinas de la penitencia, encuentran su raiz en la falta de fe en el trabajo expiatorio de Jesús, en la falta de fe en su suficiencia, efectividad y poder.

Por tanto, tal como decía Juan,
Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el Justo.

2 Y él es la propiciación por nuestros pecados
Mientras meditáis sobre esto, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...


Fuentes: Desiring God, Got Questions?Org y Alpha & Omega Ministries