Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



jueves, 29 de julio de 2010

De Efesios 1:13-14 o, Por Qué Una Vez Salvo Siempre Salvo... (2)

Aconsejo que se lea la primera parte de esta serie en la que me he propuesto buenamente explicar por qué Una Vez Salvo, Siempre Salvo es cierto.

Y es cierto por una razón muy sencilla: la Salvación es una Gracia de Dios en la que el hombre no tiene papel alguno.

Ahora bien, ten claro que el modo en que Dios llama a aquellos que han sido objeto de Su Gracia es mediante la fe, es decir, la fe no es nunca un mérito por parte del creyente -pues esta también es un don de Dios, parte del proceso de Salvación- si no un medio.

De este modo, cuando el creyente escucha el Evangelio y lo cree de todo corazón, recibe el Espíritu Santo que garantiza su Salvación.

Qué base hay para sostener esto?
Toda, fíjate por ejemplo en Efesios 1:13-14,
13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,

14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su Gloria
.
Como dije en la primera parte, uno de los objetivos de Pablo al escribir esto es dar seguridad al creyente.

Fíjate en dos de las palabras con las que expresa esto: Sello y las Arras.

Los creyentes somos sellados con el Espíritu Santo el cual son las arras, es decir, la garantía de nuestra redención.

En efecto, recuerdas estas palabras de Jesús en Juan 14?
16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Confortador, para que esté con vosotros para siempre:

17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros
.
Dios no deja a los que creen el Evangelio pues uno no se une al rebaño de Dios tras creer el Evangelio.

El proceso es a la inversa, solo aquellos dados por el Padre, solo aquellos que son del rebaño de Dios, creerán el Evangelio.

Observa cómo Jesús nos dice esto mismo en Juan 10,
25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;

26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho
.
Es importante no hacer decir al texto lo que la lógica nos manda o lo que queremos que diga.

En efecto, como acabo de decir, Jesús no dice que si uno no cree no formará parte de su rebaño, si no que Jesús invierte el orden, es decir, solo los que son de su rebaño (los dados por el Padre...), creerán en sus palabras.

Ahora bien, qué pasa con aquellos que una vez han creido de todo corazón reciben el Espíritu Santo?

Que están seguros en la mano de Dios, fíjate cómo sigue Juan 10,
27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,

28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.

29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre
.
El Plan de Salvación de Dios contraviene toda lógica... de ahí que Pablo nos diga en 1ª de Corintios que ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?.

No dejes que nadie te engañe con el Libre Albedrío, es cierto que el hombre tiene plena libertad para hacer lo que desea, no obstante, ahí está la clave.

La voluntad del hombre está tan esclavizada por su pecado que sin la intervención de Dios, jamás escogería obedecer al Señor antes que complacerse a sí mismo.

O es que no recuerdas las palabras de Jesús cuando dijo
34 Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.
Juan 8
Debe ser Dios el que abra los ojos de los que están espiritualmente ciegos y los oidos de los espiritualmente sordos para que pueda oir y ver la luz de la Gloria de Cristo.

Pero vuelvo a divagar...

Volvamos a Efesios 1:13-14.

La seguridad de la Salvación para todo aquel que haya recibido el Espíritu Santo se expresa como he dicho anteriormente mediante dos palabras sello y las Arras.

Pero para entender bien los matices que Pablo quería expresar debemos tener en mente el significado de los sellos en la época de Pablo.

Los sellos daban seguridad.
Así es, recuerda cómo los soldados romanos sellaron la tumba de Jesús.
De este modo el Espíritu Santo le da la seguridad de Salvación al creyente.

Indicaban propiedad.
En efecto, el Espíritu Santo indica que ya no te perteneces a ti mismo si no a Dios.

Y por último también podían indicar autenticidad.
En otras palabras, solo los verdaderos creyentes, los que realmente perseverarán hasta el final de sus días, los que avanzarán en santidad y aborrecerán las cosas que Dios aborrece, y amarán las cosas que Dios ama, serán aquellos que hayan recibido el Espíritu Santo.

No al revés, no será salvo el que tras toda una vida de esfuerzos recibirá al final de sus días el Espíritu Santo como defienden algunas sectas, mis queridos Amish entre ellos.

Ahora bien, qué pasa con las arras?
Bien, en el argot económico, las arras son el anticipo de una transacción.

Cuando alguien compraba un cargamento de hmm... lana, el vendedor le daba al comprador una parte por anticipado que garantizaba la entrega total.

Por eso leemos en Efesios 1:14,
14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida
El Espíritu Santo -el cual transforma nuestras vidas- es el anticipo de la redención finalde la santidad final, de la vida eterna prometida por Dios.

Esto mismo es lo que leemos en 2 Corintios 5:5,
5 Pero el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado el Espíritu como garantía.
En efecto, de ahí que Pablo mismo nos diga en Filipenses 1:6,
6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.
Por consiguiente, Una Vez Salvo, Siempre Salvo, pues quien haya recibido el Espíritu Santo tiene la garantía por parte de Dios de que alcanzará la redención final ya que el Espíritu es el anticipo de la redención prometida.

Ahora bien, cada vez que saco el tema de la seguridad de la Salvación, no hay quien no saque versículos que según algunos son evidencias de que no hay seguridad en la Salvación, de que hasta el ultimito instante uno está con un pie en el pozo y con el otro en el Cielo.

Uno de los versículos que más me lanzan a la cara es Efesios 4:30 y su célebre,
30 Y no contristeis al Espíritu Santo de Dios
Te das cuenta? Me dicen, Si el Espíritu se puede contristar, es señal de que el pobre se nos deprime y se larga a otra parte...

Bien, replico yo, sigue leyendo ese mismo versículo por favor...

Y al hacerlo se encuentran con lo siguiente,
... con el cual fuisteis sellados para el día de la Redención.
Voilà!

Mientras meditáis en todo esto y comprobáis lo leído aquí en vuestras Biblias como Dios manda, dad gracias por todo a Dios Padre en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...