Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



lunes, 6 de diciembre de 2010

De que el Purgatorio Demuestra que el Catolicismo No Cree en la Suficiencia del Sacrificio de Jesús... (1)

En un debate surgido a partir de una entrada sobre si el Espíritu Santo puede abandonar al creyente, un adscrito al catolicismo, citó Gálatas 5:4 como evidencia de que uno puede caer de la Gracia y perder subsecuentemente su Salvación...
4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
Bien, pero eso no es eso lo que Pablo nos está diciendo en ese pasaje, tal y como veremos en seguida.


Antes de nada contexto.
Pablo dirige esta a carta a los convertidos en la provincia de Galacia, es decir, a aquellos convertidos por su labor ministerial.

No obstante, al poco de marchar, Pablo contempla desazonado cómo los gálatas se han desviado de la Verdad de su Evangelio.

Y en qué consiste esta desviación?

En introducir las obras como medio para ser salvo, es decir, en rechazar que uno es salvo por Gracia, no por obras.

El ejemplo perfecto de esto es una idea introducida por los judaizantes: la necesidad de la circuncisión.
1 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

2 He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo.

3 Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley.

4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la Gracia habéis caído
.
Pablo no está diciendo Ojo gálatas con lo que haceis porque si no obrais como es debido, el Espíritu os abandonará, lo que está diciendo es precisamente lo contrario de lo que defendía el susodicho católico, es decir, que si uno pone su confianza para ser salvo en esfuerzos humanos, se desliga de la Gracia que es en Cristo Jesús.

Desarrollemos un poco esto, y relacionémoslo con el dogma del purgatorio.

La inmensa mayoría de las religiones del mundo son constructos humanos que ponen en el centro al hombre, es decir, busca glorificar al hombre haciéndole partícipe de logros espirituales, ya sabes, acude a misa los domingos, ve a los estudios bíblicos, guarda el sábado... haz estas cosas hermano, y a diferencia de todos aquellos que no lo hacen, serás salvo.

Pero el cristianismo, hace como único responsable de la Salvación a Dios, no al hombre, y esto con el fin de eliminar todo rastro de orgullo en el ser humano.

Los primeros, los que creen que su obrar les sirve para ganar favores por parte de Dios, los que obran con el fin de acumular méritos delante del Señor, los que confían en sus esfuerzos humanos para estar a buenas con Dios, están según Pablo en la carne, mientras que los que, para ser salvos, confían exclusivamente en el trabajo redentor del Señor Jesús en la cruz, están en el Espíritu.

Cuando un católico confía en sus penitencias como modo de satisfacer una falta, demuestra que no confía en Dios, que en realidad no cree el Evangelio.

El susodicho cree que la confesión del pecado, el arrepentimiento genuino no es suficiente para recibir el perdón por parte de Dios, de ahí que sienta que hace falta algo más, de ahí que tenga que buscar algo que la sangre de Cristo no pudo limpiar, lo cual se da de bruces con la Palabra,
13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,

14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.

Tito 2
Es su falta de fe lo que le lleva a obrar y a cumplir mil y una penitencias, es su falta de fe lo que no le permite aceptar que la sangre de Cristo le haya limpiado de todo pecado, justo lo contrario que lo que el Señor nos repite una y otra vez en Su Palabra,
21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora (Jesús) os ha reconciliado

22 en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;

Colosenses 1:21-22
En efecto, un ejemplo maravilloso de la falta de fe en la suficiencia del sacrificio de Jesús es el dogma del purgatorio, el cual es según el Catecismo,
Los que mueren en la gracia y la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su salvación eterna, sufren una purificación después de su muerte a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en el gozo de Dios.
Catecismo de la Iglesia Católica, 1030.
En otras palabras, el sacrificio de Jesús estuvo genial pues nos ha salvado, pero ya sabes, la sangre de Jesús no fue suficiente para purificar a su Iglesia, de ahí que haga falta algo más...

Un católico cree que es salvo cuando es bautizado, y cree que finalmente podrá tener comunión con Dios si por un lado, limpia mediante sus obras (penitencias, oraciones, misas...) los pecados cometidos en vida, y si por el otro, limpia tras su muerte (en el purgatorio) las manchas que ni sus obras, ni el sacrificio de Jesús pudieron limpiar.

El catolicismo no cree que la Salvación -y todas las promesas que son en Jesús- sea una Gracia, no cree en la suficiencia del sacrificio de Jesús, de ahí que inunde de legalismos su doctrina.

Gracias a Dios, el cristiano que vive en el Espíritu, está limpio de todo pecado cuando pone su fe verdadera en el sacrificio de Jesús, observemos cómo la Palabra nos repite esto una y otra vez,
5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

[...]

11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.

Isaías 53

2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
1 Juan 2

27 que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
Hebreos 7

10 En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.

11 Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados;

12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,

13 de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies;

14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.

Hebreos 10
Cuando uno lee sobre el purgatorio, lo primero que se pregunta es, qué pecado es aquel que Cristo no pudo limpiar? qué es aquello tan horrible que la sangre de Cristo no fue lo suficientemente válida como para cubrir?

Lo irónico del caso es que el purgatorio no purifica pecados graves sino pequeños, lo cual lo complica todo aún más.

La clave como siempre está en creer o no creer el Evangelio, y el Evangelio es esto: Que el Verbo de Dios se encarnó en un ser humano como nosotros, que llevó una vida sin pecado como hombre en el poder del Espíritu, que aceptó voluntariamente cargar sobre él nuestros pecados, y que resucitó como demostración que su sacrificio había sido aceptado.

Si crees esto de todo corazón, tus pecados te son perdonados, y ya eres libres para vivir por y para Dios.

En entradas posteriores demostraré por qué los pasajes que tradicionalmente se emplean para apoyar la doctrina del purgatorio no tienen base alguna.

Mientras tanto, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...