Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



lunes, 28 de febrero de 2011

De cómo Refutar el Dogma de la Inmaculada Concepción de María...


Mediante la Palabra, se refuta mediante la Palabra.

Recordemos, antes de nada, que dicho dogma sostiene que,
La Iglesia Católica contempla la posición especial de María por ser madre de Jesús de Nazaret y sostiene que Dios preservó a María libre de todo pecado y, aún más, libre de toda mancha o efecto del pecado original, que había de transmitirse a todos los hombres por ser descendientes de Adán y Eva, en atención a que iba a ser la madre de Jesús, que es también Dios.

En esta entrada refutaremos dicho dogma recurriendo exclusivamente a la Palabra.

En efecto, leemos en Lucas 2,
21 Cumplidos los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, el cual le había sido puesto por el ángel antes que fuese concebido.

22 Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor.
Detengámonos aquí.
A qué alude dicha purificación?

A Levítico 12, la Ley de la purificación de la mujer tras el parto.

Leamos algunos versículos de dicho capítulo para desmontar el dogma mariano que nos ocupa,
2 Habla a los hijos de Israel y diles: La mujer cuando conciba y dé a luz varón, será inmunda siete días; conforme a los días de su menstruación será inmunda.
Por qué Dios declara a toda mujer que da a luz inmunda, contaminada?

Porque en la sangre está la vida, y dado que en el parto se produce flujo de sangre, la mujer queda impura.

De ahí que no pueda tocar nada santo durante días y días.
4 Mas ella permanecerá treinta y tres días purificándose de su sangre.
Ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al santuario, hasta cuando sean cumplidos los días de su purificación
.
Es obvio que tanto José como ella misma reconocieron la impureza de la madre de acuerdo a la Ley de Dios, de ahí que tuvieran que hacer expiación por su impureza.
24 y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos.
Lucas 2

8 Y si no tiene lo suficiente para un cordero, tomará entonces dos tórtolas o dos palominos, uno para holocausto y otro para expiación; y el sacerdote hará expiación por ella, y será limpia.
Levítico 12
Lucas 2:22, junto a Levítico 12, refutan definitivamente el dogma mariano de la preservación del pecado de María.

En efecto, el hecho de que José y María tuvieran que guardar días de purificación, que ofrecieran dos tórtolas o dos palominos como expiación por su impureza, es la demostración de la pecanimosidad de nuestra hermana.

Ahora bien, para qué demostrar dicha pecanimosidad?

Para que todos los católicos que sinceramente aman a Dios y están metidos en alguna secta mariana, comprueben la falsedad de sus dogmas, puedan abandonar dicha secta, y así poder finalmente dirigir sus oraciones única y exclusivamente a Dios Padre.

Mientras meditáis en todo ello, dad gracias a Dios Padre por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...