Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



martes, 18 de octubre de 2011

De Kenosis, Rasgos Distintivos, y la Epístola a Diogneto...


En los últimos años, la Epístola a Diogneto se ha convertido en una de los trabajos de los Padres Apostólicos más conocidos y citados.

El problema es que a menudo se cita dicho trabajo con el propósito de mostrar el concepto de "Iglesia-como-Cultura-Distintiva-en-Sí", como base para entender la relación que el colectivo de creyentes debería tener en el mundo.

Y digo problema porque no es eso lo que encontramos en la Epístola en cuestión.

En efecto, el capítulo quinto empieza explicando la naturaleza distintiva de los cristianos, al mostrar precisamente aquello que no les individualiza del resto de la sociedad,
Porque los cristianos no se distinguen del resto de la humanidad ni en la localidad, ni en el habla, ni en las costumbres.
Porque no residen en alguna parte en ciudades (Polis) suyas propias, ni usan una lengua distinta, ni practican alguna clase de vida extraordinaria.

Cap. V
Los cristianos no se distinguen del resto de sus compatriotas por rasgos claramente visibles, ni viven apartados del resto por una marginación voluntaria, ni un ostracismo forzado, pues toman parte de la vida cultural de sus ciudades como el resto de sus conciudadanos,
Pero si bien residen en ciudades de griegos y bárbaros, según ha dispuesto la suene de cada uno, y siguen las costumbres nativas en cuanto a alimento, vestido y otros arreglos de la vida, pese a todo, la constitución de su propia ciudadanía, que ellos nos muestran, es maravillosa, y evidentemente desmiente lo que podría esperarse de ellos.
Cap. V
Ahora bien, una vez visto qué es aquello que no singulariza a los cristianos, el autor pasa a mostrar sus rasgos distintivos.

Aquello que destaca del colectivo es que, a pesar del origen particular de cada uno de ellos, a pesar de que la comunidad cristiana está formada por indivíduos provinientes de distintos ámbitos culturales y sociales, ellos manifiestan un carácter distinto en todos y cada uno de sus quehaceres,
Residen en sus propios países, pero sólo como transeúntes; comparten lo que les corresponde en todas las cosas como ciudadanos, y soportan todas las opresiones como forasteros.
Todo país extranjero les es patria, y toda patria les es extraña
.

Cap. V
Una mentalidad de 'peregrino' o estranjero de este mundo, es aquello que les diferencia, una capacidad inconformista a la hora de relacionarse con cualquiera que sea la cultura en la que viven, pues su mentalidad les hace transcender a todas ellas.
Se casan como todos los demás hombres y engendran hijos; pero no se desembarazan de su descendencia.
Celebran las comidas en común, pero cada uno tiene su esposa.
Se hallan en la carne, y, con todo, no viven según la carne.
Su existencia es en la tierra, pero su ciudadanía es en el cielo.
Obedecen las leyes establecidas, y sobrepasan las leyes en sus propias vidas.
Aman a todos los hombres, y son perseguidos por todos
.

Cap. V
Esto se podría resumir en el viejo adagio, estamos en el mundo pero no somos del mundo, lo cual anula la utilización de citas de la Epístola a Diogneto a la hora de hacer apología de la iglesia como cultura distintiva en sí misma.

Muy al contrario, en dicha epístola se enfatiza una y otra vez la implicación en asuntos corrientes y ordinarios de todo cristiano, sin que esto les haga abandonar su esencia distintiva, pues no es qué hacen, sino cómo y por qué hacen las cosas aquello que les singulariza.

Esta forma de vida es diferente, no porque reposa sobre unas reglas más o menos arbitrarias y de ánimo separador, sino precisamente por la calidad de la humanidad que la comunidad vive hasta el extremo.
Aman a todos los hombres, y son perseguidos por todos. No se hace caso de ellos, y, pese a todo, se les condena.
Se les da muerte, y aun así están revestidos de vida. Piden limosna, y, con todo, hacen ricos a muchos.
Se les deshonra, y, pese a todo, son glorificados en su deshonor. Se habla mal de ellos, y aún así son reivindicados.
Son escarnecidos, y ellos bendicen; son insultados, y ellos respetan. Al hacer lo bueno son castigados como malhechores; siendo castigados se regocijan, como si con ello se les reavivara.
Los judíos hacen guerra contra ellos como extraños, y los griegos los persiguen, y, pese a todo, los que los aborrecen no pueden dar la razón de su hostilidad.

Cap. V
Cuanto más humana, más abundante es en Amor de los unos para con los otros, cuanto más renúncia a la violencia, cuanto más cristiana es, más se distingue de un mundo oscuro que desprecia los valores que brillan en medio de él.

Mas entre vosotros no será así era la doctrina básica de los hermanos que el autor describe.
25 Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad.
26 Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor,
27 y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo.

Mateo 20:25-27
Esto es lo único que consigue que nuestra luz brille delante de los hombres, este es el Camino del Mesías Cristo, un Camino apenas recorrido por iglesia alguna.

Por consiguiente, podríamos decir que aquello distintivo de los cristianos es la inconformista -en el sentido que no se confunde o deja asimilar- cualidad humana del variopinto colectivo de creyentes en el mundo que habitan.

No son las costumbres o la rígida observancia ritualística aquello que distingue a los cristianos, no es el levantamiento de altas y separadoras barreras cúlticas, sino el llamado del colectivo de creyentes a una unión espiritual con el Mesías Cristo mediante una kenosis absoluta y comprometida con Dios, una kenosis voluntaria y transcendente en el Mesías, y todo ello en y a favor del mundo, mas no separado de él.

Mientras meditáis en todo ello, dad las gracias por todo a Dios nuestro Padre en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...