Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



viernes, 21 de octubre de 2011

De Reformas Veterotestamentarias...

8 Entonces dijo el sumo sacerdote Hilcías al escriba Safán: He hallado el libro de la Ley en la casa de YHWH. E Hilcías dio el libro a Safán, y lo leyó.
[...]
10 Asimismo el escriba Safán declaró al rey, diciendo: El sacerdote Hilcías me ha dado un libro.
Y lo leyó Safán delante del rey.

11 Y cuando el rey hubo oído las palabras del libro de la Ley, rasgó sus vestidos.
[...]
13 Id y preguntad a YHWH por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado;

2 Reyes 22
En otras palabras, la Reforma Protestante...

De Trinidades, Pericóresis y Juan de Damasco...


21 para que todos sean uno; como , oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
22 La Gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos Uno.
23 Yo en ellos, y Tú en mí, para que sean perfectos en Unidad.

Juan 17:21-23

Leo que Juan Damasceno fue de los primeros en emplear con especial insistencia el término Pericóresis para expresar la Unidad y Comunidad de la Santa Trinidad, es decir, el habitar mútuo de todos y cada Uno de los miembros de la Trinidad, pero sin confusión alguna de Uno con Otro.

En efecto, para Juan de Damasco Dios es Uno en Su Ser, aunque expresado en tres sustancias, cada una de las cuales posee la misma esencia divina de modo que las tres habitan en cada una de la otra en plenitud, aunque sin perder cada Una de ellas Su individualidad.

Dios, Su Palabra (el Verbo encarnado en el Mesías), y Su Espíritu son Un único Dios, sin embargo, hacemos distinciones entre dichas sustncias, simplemente en relación al papel de sumisión y cesión mútua que desempeña cada Uno, dentro del Plan Redentor mediante el cual Dios se manifiesta a Su creación.

Dios Padre -eterno, no engendrado, no enviado- habita en Dios Hijo, y Dios Espíritu.
Dios el Hijo -eterno, engendrado, enviado- habita en el Padre y en el Espíritu.
Dios Espíritu -eterno, no engendrado, enviado- habita en el Padre y en el Hijo.

Esta comunión (común Unión) trinitaria se produce de manera indivisible, es decir, en unidad de acción, pues solo hay Un impulso, Una acción común en las tres sustancias, de manera que el hombre escogido por Dios Padre, será redimido por Dios Hijo y santificado por Dios Espíritu, en Unión con Padre, Hijo y Espíritu.

Qué importancia tiene esto para los creyentes?

Toda, pues cada creyente es llamado junto al resto del cuerpo de creyentes, a esta misma común unión conjunta con Dios Padre y Dios Hijo mediante el poder de Dios Espíritu en él.

Cuando las alegrías de mis hermanos son mis alegrías, cuando sus penas son las mías mediante el Amor producto de la acción del Espíritu en mí, es cuando puedo decir que experimento la presencia viva de los demás dentro de mí, es cuando puedo decir que soy un cuerpo con ellos, es cuando soy Uno con ellos.

Y esta unión espiritual con los hermanos, solo podrá llevarse a cabo si el creyente está verdaderamente en comunión con Dios.

Una vida en Santidad es una vida vivida en Cristo mediante el poder del Espíritu, para mayor Gloria de Dios Padre, por tanto, cuanto más avanzamos en Santidad -en ser imagen del Hijo quien a su vez es imagen del Padre- más experimentamos el propósito de Dios para con los seres humanos: un ser a imagen y semejanza Suya.

Pero dado que Dios es Unidad en Santa Comunidad, el indivíduo no desaparece en esta Unidad, pues mantiene su individualidad.

Común Unión de Dios en nosotros y de nosotros en Dios, es lo que llamamos Santificación, el moldeado a imagen de Dios Hijo el cual es imagen de Dios Padre, mediante la acción del Espíritu en nosotros.

Más adelante publicaré más, pues siento la necesidad de hablar sobre un tema tan central como olvidado en nuestra fe.

Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...

De Sacrificios, Bares Gays y Miedos a Lo Impuro...


Sabes? van a abrir un bar gay cerca de la iglesia, tendríamos que hacer algo, no?, me dice un hermano escandalizado, sin comprender que el sacrificio de Jesús puso fin a todos los sacrificios.


Antes de la venida del Señor, la idolatría en Israel era un pecado que debía expiarse con los sacrificios establecidos por la Ley, los altares debían ser derribados, y los idólatras castigados.

Sacrificios día tras día.

Antes de la venida del Señor, la impureza era aberrante, y lo Santo debía ser protegido de los impuro.

Sacrificios años tras año.

Pero el Mesías se ofreció una vez y para siempre, pues su sangre es Suficiente, y con su muerte nos liberó.

Nos liberó del miedo a lo Impuro, de la esclavitud de tener que mantener limpio lo Santo, pues ahora vemos la debilidad de lo Contaminado, ahora reímos junto a Isaac al ver que ni la vida, ni la muerte, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada podrá hacer que alguien llame impuro, lo que Dios ha limpiado.

El Justo por los injustos pone fin a todo sacrificio, a toda expiación, por tanto, aleja de ti ese espíritu de cruzado porque pone en evidencia tu falta de fe.

Ya no tenemos por qué levantar las orejas si abren un bar gay cerca de nuestra iglesia, pues nosotros somos el Templo de Dios, y el milagro de que el Justo se ofreciera por los injustos una vez y para siempre, significa que no tenemos que ofrecer a los injustos como sacrificio a Dios...

Nunca más.

Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...