Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



viernes, 25 de noviembre de 2011

De que el Necio Dice en Su Corazón, No en Su Mente...


1 Dice el necio en su corazón:
No hay Dios
.

Salmo 14:1
Por qué dice el necio en su corazón y no en su mente, me preguntan.

Porque el necio ha decidido rechazar a Dios en base a una decisión emocional nacida en su corazón.

El ser humano no va a Dios o se aleja de Él en base a un proceso intelectual, sino en base a su naturaleza.

Por eso es necesario nacer de nuevo, pues de la abundancia del corazón habla la boca, por eso es necesario que Dios nos arranque nuestro corazón de piedra y nos ponga uno de carne, pues lo que necesitamos no es mayor inteligencia, ni una disciplina más férrea, ni una moral más elevada...

Sino una nueva naturaleza.

Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...



Addendum

No me entiendas mal, la moralidad no es mala, pero te convierte en alguien peor que el mayor de los amorales si no la subordinas al Evangelio, pues acabas creyéndote por encima de todos aquellos que no siguen tus buenas costumbres.

Ley y Gracia deben ir parejas, pues Ley y Gracia es el Evangelio de la Nueva Creación.
Qué importa ser una 'buena persona' si no tienes Vida, y Vida en abundancia?

Nada de perder el tiempo, lo que importa es lo transcendente, no lo presente, y una vida feliz es una vida que trabaja por lo Eterno, no por lo efímero.

Soy testigo de ello.

Sin embargo, creer que se tiene lo Eterno por ser una persona de recta moral es no haber entendido nada, y eso va para ti, Don Supercristiano No Me Mezclo Con Impíos.

Uno es libre y realmente feliz cuando tiene Vida, no cuando su vida está carente de problemas, por tanto, aléjate de púlpitos que te hablan de una existencia mejor, no de una eternidad a cualquier coste, pues confunden la causa con el efecto.

Predica la Causa y obtendrás el efecto, pero nadie que predique el efecto obtiene la Causa.

Predica el Evangelio y quien lo viva será feliz como efecto, pero no prediques la felicidad que supone estar en Cristo, porque esta no vendrá sin creer el Evangelio de todo corazón, ese que Dios debe poner -por Gracia- en tu pechito.

Hay que ver lo mal que me explico esta mañana...