Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



miércoles, 30 de noviembre de 2011

De Pelos, Barbas y Pecados...


Leyendo un interesante artículo de autoría desconocida, sobre la querencia por las barbas en el sacerdocio ortodoxo, y la obligatoriedad del afeitado en el sacerdocio romano, aprendo que los latinos impusieron mantener las barbas rasuradas con la intención de transmitir un mensaje concreto.

En la antiguedad, la barba era propia de los padres de família, es decir, de los hombres sexualmente activos, de ahí que mediante su afeitado se quisiera manifestar públicamente un compromiso con el celibato.

El autor adjunta una cita del padre dominico Hugo de Saint-Cher la cual reza así,
Los pelos de la cabeza y barba representan la honestidad, la virilidad, el poder, y por extensión la nobleza, la fuerza y también la riqueza superflua así como una gran cantidad de pecados que deben ser cortados a navaja.
Genial.
Ahora bien, es que nadie ha explicado jamás a los romanos que Jesucristo llevaba barba...?

Pasmoso.