Arrepentirse es renovar el bautismo, reconciliarse con Dios para volver a empezar la vida.Cierto, el bautismo es símbolo tanto de arrepentimiento -de la muerte de nuestro viejo Yo- como de resurrección a vida nueva en el poder del Espíritu, de ahí que cada arrepentimiento no sea nada más que un nuevo bautismo, una pequeña muerte, la carga diaria de la cruz, porque quien carga su cruz no debe perseguir otra cosa que morir en ella.
Juan Clímaco, La Santa Escala, Quinto Escalón
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Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!
En el Nombre de Jesús, amén!
martes, 27 de noviembre de 2012
De Juan Clímaco y la Renovación Bautismal...
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