Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



jueves, 5 de enero de 2012

De Principios, Humanidades, y la misma Imagen como en un Espejo...


Oh no, no busques pastores, ángeles, estrellas o pesebres al inicio del Evangelio de Juan, porque el apóstol comienza la historia mucho más atrás.

En la eternidad.
1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
El inicio del Evangelio de Juan nos sitúa en el Principio del mundo, pues su cristología pone su punto de mira más en la divinidad de la Palabra que no en su humanidad.

Pero incidir en lo divino no supone negar lo humano de aquel que fue tentado en todo, y se compadeció de nuestras debilidades, al hacerse uno de nosotros, compartiendo nuestra vida, para sufrir nuestra muerte.
14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros,
El Jesús de Juan es la Palabra creadora completamente humana, un Verbo de Dios que sufre, tiene hambre, llora y -en su plena identificación con la humanidad- es hecho maldición por nosotros para que fuésemos hechos justicia de Dios en él.
34 Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eli, Eli, ¿lama sabachtani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
Marcos 15:34
Cierto, puede que su Eli, Eli, lama sabachtani no tenga el encanto y optimismo del viejo Feliz Navidad!, pero te aseguro que sin el grito desgarrado de Jesús nadie sería capaz de celebrar lo segundo.

Y aunque vivimos rodeados de todos aquellos que por el temor a la muerte están toda la vida sujetos a servidumbre, la muerte no se enseñorea de nosotros, pues la tumba quedó vacía, y el sudario enrollado en lugar aparte, para que todos aquellos que miramos a cara descubierta como en un espejo la Gloria del Señor, seamos transformados de Gloria en Gloria en la misma imagen, mediante el Espíritu del Señor y amén.

Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...