Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



jueves, 12 de enero de 2012

De Textos, Edificaciones, Reinterpretaciones y Crecimientos...


Otra vez con lo mismo? preguntan en broma al verle leyendo la Biblia una vez más.

Pero la pregunta no es correcta, pues que un texto sea sagrado e inspirado por Dios significa que dicho texto está llamado a la edificación en reinterpretación.

El mismo texto nunca es el mismo, pues produce un efecto diferente en quien nunca es el mismo.

Es decir, todo texto genera de modo contínuo, nuevos modos de interpretación, pues no es lo mismo leer La Peste de Camus a los doce que a los cuarenta años.

Ahora bien, cuando aceptamos la intención última de comunicación para edificación, en todo texto inspirado por Dios, comprendemos por un lado las posibilidades de reinterpretación contínua de dicho texto, y por el otro la imposibilidad del no volver a retomar de nuevo el mismo texto una y otra vez.

El texto está vivo porque está inspirado por el mismo Espíritu que nos dio Vida mediante la Palabra, de modo que ignorar la actividad que genera el texto es ignorar el llamado a crecer en la Palabra mediante el Espíritu.

Otra vez con lo mismo?
Sí, pero leyéndolo de modo diferente...