Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



martes, 28 de febrero de 2012

De la Diferencia de Roles entre Hombre y Mujer, para así Ser Uno en Su Complementaridad, a Imagen de Dios...


En el Principio


En la Fundación del mundo, Dios decide crear una criatura que lleve Su Imagen, de ahí que cree al Hombre -varón y hembra- pues es necesario la diversidad de género para poder reflejar la complejidad de Dios.
De este modo vemos que varón y hembra son creados en el Principio por Dios iguales en dignidad y honra.
27 Y creó Dios al hombre a Su Imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

Génesis 1:27-28

23 Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.
Génesis 2:23
Sin embargo, a cada uno de ellos se les designa roles diferentes, pues en caso contrario no podrían cumplir el fin de ser Uno en su complementariedad, como reflejo de la Tri-Unidad de Dios.
18 Y dijo YHWH Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.
Génesis 2:18
La idea de complementariedad de comunión en igualdad es enfatizado en el último versículo que hemos visto.

En efecto, Ayuda idónea para él es la traducción de Ezer kenegdo, lo cual significa literalmente ayudadora contra él.

Cierto, tal como decía el Rashi, si el hombre cumple su papel, la mujer será Ezer, ayudadora, pero si el varón se abandona su función, ella se posicionará contra él, Kenegdo, para equilibrar lo torcido, pues ambos son igualmente corresponsables de ser imagen de Dios.

Por tanto, vemos que Dios designó en el Principio, igualdad en diversidad para la criatura que leva Su Imagen.

La Caída


Ahora bien, este equilibrio es roto en la Caída del ser humano: la entrada del Pecado.
16 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.
Génesis 3:16
La comunión -común unión- entre Dios y el Hombre se ha roto, de ahí que también se rompa la común unión entre varón y hembra, y el hombre se enseñoree de la mujer.

Cierto, el machismo, el señorío, la ruptura del equilibrio es una de las consecuencias del pecado en el hombre, pues quien es impuro no puede ser Imagen de Dios.

El dominio del varón sobre la mujer, y del hombre sobre el hombre es la consecuencia del pecado, del haber perdido el don de ser portadores de la Imagen, y todo cristiano que critica la jerarquización de las iglesias católicas y orientales, debe comprender que tan aberrante es para Dios la jerarquización entre hombre y mujer como entre hermanos.

Sigamos.
En su estado natural de pérdida de comunión con Dios, Homo Homini Lupus, el hombre es enemigo del hombre, señor y siervo de sus semejantes, quienes ya no son sus complementos sino sus adversarios, pues en el mundo natural o comes o eres comido...
8 Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.
Génesis 4:8


La Re-Creación


La pesadilla llega a su fin cuando Jesús reequilibra lo torcido al llevar sobre sí el castigo del pecado de su Pueblo.
17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
2 Corintios 5:17
Jesús derriba las barreras de separación en lo vertical -Dios- y en lo horizontal -hombres-.
13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
14 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,

Efesios 2:13-14
De este modo, una vez derribado el pecado, tanto el hombre como la mujer son elevados a su estado original de igualdad y dignidad en honor, con roles diferentes, para volver a ser al fin Uno en su complementariedad.
4 Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo,

5 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?

6 Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.

7 Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla?

8 El les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así.

Mateo 19:4-8
Cierto, en el Principio no fue así, y esta realidad tiene consecuencias prácticas brutales pues en la Nueva Creación, el hombre ya no es ni señor ni siervo de otros hombres, sino que tal como decía Martin Lutero,
El cristiano es libre señor de todas las cosas y no está sujeto a nadie. El cristiano es servidor de todas las cosas y está sujeto a todos.
Entre nosotros no será así porque una vez liberados de la esclavitud de nuestro pecado, el varón abandona su animalidad depredadora sobre su mujer, y ésta su sumisión forzosa.
25 Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad.
(Estado natural, pecaminoso del ser humano alejado de Dios)

26 Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor,
(Reequilibrio)
Mateo 20:25-26
Esto lo expresa Agustín de Hipona de manera genial cuando escribe,
Habiendo creado al hombre a Su imagen -un ente racional- le designó como Señor únicamente de las bestias irracionales: No hombre sobre hombre, sino hombre sobre animales.

La causa primera de toda esclavitud es el pecado, por el cual el hombre sujeta a otros hombres por el lazo de su condición.

Pero en aquella naturaleza por la cual Dios al principio creó al hombre, nadie es esclavo ni del pecado ni de otros hombres
.
No podría ser de otra manera, que Jesús sea Señor quiere decir que somos libres, que ya no somos esclavos de ningún otro hombre, especialmente de los que se llaman nuestros hermanos, y esto va para vosotros, pastores tiranos protestantes, obispos señoriales ortodoxos, y papas endiosados católicos.
23 Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres.
1 Corintios 7:23
A libertad habéis sido llamados, ahora bien, qué clase de Libertad es esa, qué reglamentación sigue la Ley de la Libertad de la que habla Santiago?

La Ley de Cristo, la libertad de hacer la Voluntad de Dios, pues uno solo puede andar como él anduvo si es libre de la esclavitud de todo pecado.

La autoridad cristiana significa mayor responsabilidad en servicio, tal como Jesús ejemplificó con su vida, de ahí que la mujer deba someterse en amor al marido que debe servirla como el Señor sirvió a su pueblo.
25 Maridos, amad á vuestras mujeres, así como Cristo amó á la iglesia, y se entregó á sí mismo por ella,
Efesios 5:25
Jesús no buscó lo suyo sino que -sin dejar, o más bien, a causa de su autoridad- se sacrificó contínuamente por nosotros sus servidores.
En este sentido, la unión hombre mujer refleja la Trinidad donde el Padre se deleita en ordenar el Bien a Su Siervo, el cual se deleita en hacer el Bien que le ha sido encomendado.
28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
Gálatas 3:28
Dios no hace acepción de personas, pero tampoco de géneros, de ahí que Pedro nos recuerde que las mujeres son coherederas de la Gracia de la Vida, pues Dios ha situado a ambos directamente bajo el Señor, su único Mediador ante Dios.

En efecto, que el varón deba procurar por el crecimiento espiritual de su esposa, no quiere decir que la mujer deba pasar por el yugo de su marido para llegar a Jesús, pues esta es tan libre como él para ir directamente a su auténtico Señor, cuya fidelidad es primera.

Por tanto vemos que con Cristo como el Centro de la relación, y el ejemplo de autoridad en servicio, todas las decisiones familiares o de pareja son consensuadas en igualdad por el bien del hogar.

Qué pasa cuando marido y mujer no están de acuerdo en algo?
Pues que ambos consultan en el Nombre de Jesús a Dios en oración para resolver el problema, uno dispuesto a aceptar Su Voluntad para liderar en lo que al principio no estaba de acuerdo, y la otra dispuesta a aceptar el liderazgo del marido en lo que al principio no estaba de acuerdo.

Sumisión en Amor en quien se confía, por el bien de ambos y Gloria de Dios.

Difícil?
No, imposible si Cristo no gobierna entre ellos.
El marido es cabeza, y lidera, pero orientando la relación en servicio hacia su esposa y família, siendo Imagen de su Señor, de ahí que Pablo le diga a Timoteo que si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo, pues ha dejado de portar la Imagen, ha dejado una parte fundamental de su llamado.

Esta es la razón por la que la esposa o novia que vea que su pareja o marido no se ajusta a su papel a pesar de las muchas y previas advertencias, pueda separarse, aunque no divorciarse, pues la primera fidelidad tanto de uno como de otro, es a Jesús su Señor.

Por tanto, vemos que tanto varón como hembra son Uno en Cristo, que ella es su ayudadora contra él para ser Uno, que de este modo la voz de la esposa nunca es despreciada ni ignorada, sino tenida en cuenta pues sin ella el varón jamás podrá satisfacer la necesidad de la esposa de ajustarse en amor al liderazgo del marido que busca servirla y cuidarla en el amor de Dios.



Duele mucho comprobar cómo el machismo es un pecado tolerado en las iglesias cristianas, un pecado tan grave que hace que Dios no escuche las oraciones del marido que no sirve a su esposa, un pecado que hace que el varón cristiano -por mucho que trabaje en las cosas de Dios- no pueda ser un auténtico portador de la Imagen de Dios, y por tanto, sea peor que un incrédulo.

Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...