Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



jueves, 1 de marzo de 2012

De Por qué sólo el Dios Cristiano Es Verdaderamente Dios de Amor...


Muchas veces hemos oído decir a los miembros de otros credos monoteístas que YHWH o Alláh también son dioses de Amor, que ésta no es un atributo exclusivo del Dios que Cristo nos revela, pero en esta entrada veremos -desarrollando los argumentos de una prédica de Tim Keller- por qué esto no es así.

Empecemos.
Debido a la naturaleza del Amor, sabemos que la libertad de amar solo se alcanza como resultado de entregar, de manera voluntaria, toda libertad individual.

En efecto, esta es la razón del pavor de muchos solteros mujeriegos por casarse, pues saben que cuando uno se enamora, entrega -entre otras cosas- la libertad de flirtear con cualquier mujer que no sea la amada.

Pero la razón de este temor es el no haber conocido nunca el Amor pues la entrega de la propia libertad es absolutamente voluntaria.

Uno es fiel a la persona que ama no porque tema ser atrapado en el engaño, sino porque la ama, porque hay algo más fuerte que el deseo de satisfacer los propios deseos.

En otras palabras, cuanto más enamorado estás, cuanto más quieres a una persona, menos independiente de ella puedes ser, pues menos independiente de ella quieres ser.

Esta es la razón por la que todo ser humano que ama una Verdad, debe entregar su libertad para alcanzar una libertad más profunda.
Suena paradójico, cierto?

Ahora veremos por qué no.

Decíamos que toda relación de amor supone la pérdida de libertades personales, lo cual hace que cada vez que hablamos de un Dios de Amor a no creyentes, levantemos involuntariamente en algunos casos un obstáculo entre dichas personas y Dios.

En efecto, pues la mayoría de los enamoramientos no son feliz y debidamente correspondidos.

Muchas personas se han enamorado absolutamente por otra persona, han entregado su independencia, se han sacrificado voluntaria y contínuamente por persona amada, y no obstante, esta no ha co-respondido de la misma manera.

El resultado del Amor no correspondido es el sentirse explotado, utilizado, herido, deshumanizado, y la mayoría de las personas tienen miedo de volver a pasar por una relación así, ya sea con una persona como con una divinidad.
Cierto, quien ya no cree en el Amor, no puede sentirse atraído por un Dios de amor, pues lo relaciona con el dolor.

Ahora bien, la mentalidad moderna postmodernista, la cual no es nada más que un revival de viejas ideas, considera necesario refutar todo propósito existencial que no sea aquel forjado por el propio ser humano, es decir, necesita creer en el sinsentido objetivo de la vida para ser libre.

Sin embargo, en Juan 1:1 leemos,
1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Juan 1:1
Fijaos, la palabra que en Juan 1:1 traducimos como Verbo es Logos, una palabra cargada de connotaciones filosóficas, pues dicha palabra no solo alude a la Lógica sino también a la razón, no en un sentido general, sino la razón de vivir, es decir, el sentido de la vida, una de las preguntas existenciales más importantes en la vida de todo ser humano.

Tanto el creyente como el incrédulo, llega a un momento de su vida en que se pregunta el por qué de su existencia, y dilucidar esto es fundamental, pues saber la respuesta, nos permitirá someternos a ella... y ser al fin libres.

De este modo el hombre moderno considera que su creencia en el sinsentido de la vida le liberará, a pesar de toda evidencia en sentido contrario.

Y decía que el postmodernismo no es nada más que un refrito de un cocido antiguo pues en la Grecia clásica, los sofistas debatieron largo y tendido durante siglos sobre cuál era el Logos, el sentido de la vida, y en su mar de dudas llegaron a la conclusión que no había una verdad absoluta a la que el hombre debiera ajustarse.
Justo igual que el hombre moderno.

No obstante, tanto a unos como a otros, Juan les dice lo siguiente: Hay un Logos, hay una Verdad absoluta, hay un sentido en esta vida, pero...

No es una verdad abstracta, no son una serie de reglas, no son mandamientos escritos en piedra, o una fría sabiduría heredada de los padres a los hijos, sino que es una persona.
14 Y aquel Logos fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos Su Gloria, Gloria como del unigénito del Padre), lleno de Gracia y Verdad.
Juan 1:14
La Verdad absoluta se ha hecho carne, dice Juan enloqueciendo a judíos y griegos, Dios ha entrado en Su Creación y se ha hecho uno de nosotros, el Logos se ha hecho carne y huesos.

El Logos, el sentido de la vida es un absoluto que no abstracto sino personal, lo cual explica por qué el Dios cristiano es el único que es un Dios de Amor, o es que habías olvidado que este es el tema de esta entrada?

En efecto, decíamos que cuando uno se enamora, entrega su libertad personal para profundizar en la relación amorosa, que cuando la persona amada responde con el mismo amor y entrega la relación es el paraíso en la tierra, pero que cuando una de las dos partes no corresponde a la pareja con el mismo amor, la persona que se entrega y sacrifica acaba sintiéndose explotada, utilizada y deshumanizada.

Esta es la razón por la que para Foucault, Nietzsche y el hombre moderno, toda relación con Dios es aterradora, pues les parece deshumanizadora en su desequilibrio.

Ven en Dios a un ser que ordena desde las alturas ser amado por encima de todas las cosas, un ser que entrega además una serie de mandamientos que coartan la libertad humana.

Ven que el hombre religioso debe limitar su libertad personal al someterse a dichos mandamientos, en una relación desgastadora de entrega unidireccional.
Ven que este tipo de relación desequilibrada hace que el hombre religioso se sienta explotado, utilizado, frustrado, de ahí que para evitar toda deshumanización, caiga en la hipocresía, la evidencia de la ausencia de Amor.

Y su rechazo a Dios es total pues interpretan que relacionarse con Él o explota o acaba en mentira.

Y al fin nos estamos acercando a donde queríamos llegar, pues esta es la razón por la que el YHWH de la Torah no es un Dios de Amor, pues a pesar de entregar mandamientos misericordiosos, no se relaciona con el objeto amado -el hombre-, y esta es igualmente la razón por la que Alláh no es un Dios de Amor, pues a pesar de entregar mandamientos misericordiosos (!?), no se relaciona con el objeto amado -el musulmán-.

Ah, pero el Logos se ha hecho uno de nosotros...
En efecto, esto no pasa con Dios en Jesús, donde el Logos no es una Verdad absoluta abstracta escrita en piedra, y a la que el hombre debe encadenarse, sino que es una persona con la que puedes relacionarte, a la que puedes amar y por la que puedes ser amada, pues Dios en Jesús nos ama verdaderamente al limitar Su propia Libertad personal.

Dios -el único ser que al ser Necesario es verdaderamente Libre- limita Su Libertad por nosotros, se sacrifica por nosotros, es explotado por nosotros.
5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Filipenses 2:5-8
Dios, la Palabra de Dios, Su Imagen hecha carne, fue sometida a servitud, se esclavizó por nosotros, y entregó su Libertad para que pudiéramos estar en comunión con él, para que pudiéramos experimentar una verdadera relación de Amor con él.

Por eso en la teología cristiana se relaciona el amar a los demás con su servicio, pues solo podemos amar de verdad cuando entregamos nuestra libertad por el bien del objeto amado.
27 y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro servidor;
28 como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

Mateo 20:27-28
Y esta es la liberación, pues al conocer nuestro Logos, podemos entregarnos a él sin miedo, podemos amarle sacrificando nuestra libertad personal, del mismo modo que él limitó la suya.
14 Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron;
2 Corintios 5:14
Lo único que te constriñe sin oprimirte, lo único que te lleva a hacer lo que debes hacer, y dejar de hacer lo que no debes hacer es el conocimiento del Amor de Dios en Jesús, su pérdida de libertad en Amor, para hacernos libres y amados.
31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

Juan 8:31-32
El ser humano solo alcanza su verdadera Libertad cuando se somete voluntariamente a su Logos, su razón de vivir.

Esta es la razón por la que Juan dice que sus mandamientos no son gravosos, pues nos ajustamos a ellos por Amor, esta es la razón por la que Jesús nos dice que si le amamos guardemos sus mandamientos, pues una cosa comporta la otra, y esta es la razón por la que Dios nos entregó la Ley del esclavo, recuerdas?
5 Y si el siervo dijere: Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre;
6 entonces su amo lo llevará ante los jueces, y le hará estar junto a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lesna, y será su siervo para siempre.

Éxodo 21:5-6
Las alusiones a Jesús de este pasaje son evidentes, pues el Antiguo Testamento solo puede ser interpretado a la Luz del Nuevo.

Es el Amor del siervo a Su Señor lo que le hace renunciar su libertad, lo que le hace someterse al veredicto de la Justícia, lo que le hace ser perforado voluntariamente, lo que le hace ser siervo para siempre, pues que Dios sea Amor quiere decir que para que éste sea verdadero, debe ser eterno.

El Amor de Dios, la renúncia de Su Libertad y servicio por nosotros es lo que nos constriñe a amarle sobre todas las cosas, al prójimo como a nosotros mismos y a nuestros hermanos como Cristo nos amó a nosotros, y esto lo expresó muy bien John Newton cuando escribió,
Nuestro placer y nuestro deber,
aunque opuestos tiempo atrás,
Desde que vimos su belleza,
Nos unimos a él para no separarnos jamás,

Ver la Ley por Cristo cumplida,
Y escuchar su voz perdonadora,
Transforma al esclavo en un niño,
Y el deber en elección.
Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...