Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



viernes, 2 de marzo de 2012

De Alvin Plantinga y el Argumento Evolutivo como Refutación al Naturalismo...


y se fueron tras la vanidad, y se tornaron vanos.
Jeremías 2:5b
En esta entrada expondré -de manera comprensible- el argumento de Alvin Plantinga que demuestra que el Naturalismo se autorefuta, y no es objetivamente confiable.

Antes de nada, huelga decir que Plantinga desarrolla un argumento propuesto anteriormente por C.S.Lewis, en el libro titulado Milagros.

Veamos en qué consiste.
El Naturalismo es una línea de pensamiento que propone la naturaleza, lo natural, como el principio único de todo aquello que es real.

Es decir, rechaza la idea de lo transcendente, del ser humano como un ente compuesto de cuerpo y alma y por supuesto, rechaza la idea de Dios.

Para el naturalista el hombre es un objeto, un animal singular en sus características, pero animal al fin y al cabo, un animal cuya existencia no tiene un sentido objetivo, y cuyo destino es la Nada, el Olvido, al estar llamado a seguir los pasos de tantas especies extinguidas que han precedido y seguirán la humana.

Como idea es coherente para alguien que no ha recibido fe, pero las premisas de las que parte, nos lleva a unas consecuencias curiosas que conducen a su autorefutación, pues se invalida la confiabilidad de cualquier creencia, el Naturalismo inclusive.

En efecto, si el ser humano no es nada más que un animal maravillosamente adaptado a su medio, sus pensamientos y creencias son dependientes de la neurofisiología, pues una creencia no será nada más que una estructura neurofisiológica compleja.

Esta es la razón por la que al naturalista le gusta decir que el amor es producto de nuestro cerebro, pura química.

Si el ser humano evoluciona simple y llanamente para adaptarse a su medio, argumentan, la neurofisiología de la cual provienen nuestras creencias debe ser adaptativa, de ahí que a menudo defiendan que la creencia religiosa no es nada más que un autoengaño creado para superar el miedo a la muerte.

Es decir, la creencia nunca será el resultado del análisis objetivo de la realidad sino un mecanismo de adaptación causado por la fisiología humana, de ahí que no sea confiable.

Y este es el punto.

Desde el punto de vista teísta -en concreto cristiano- nuestras facultades cognitivas son confiables, pues creemos que podemos comprender enunciados verdaderos y profundizar en todo conocimiento.

Sin embargo, esto no es así bajo el punto de vista naturalista, pues desconfía de toda facultad cognitiva que surge de la mente humana.

La neurofisiología humana que genera todo pensamiento y creencia es puramente adaptativa, e independientes de la realidad.
El hombre creerá y pensará aquello que le ayuda a sobrevivir, no la Verdad, la cual puede ser un verdadero obstáculo en su camino evolutivo.

Cierto, si la premisa propuesta que el naturalismo y la evolución son ciertas, la probabilidad que nuestras facultades cognitivas sean confiables son bajas, pues la selección natural no favorece la creación de proposiciones ciertas y objetivas, sino aquellas que procuran por la pervivencia de la especie.

Esta convicción es lo que inquietó a Charles Darwin cuando en su carta a William Graham, escribió, lo que en ámbitos filosóficos se conoce como la Duda Darwiniana,
Pero entonces se levanta en mí la terrible duda sobre las convicciones de la mente humana -la cual se ha desarrollado a partir de animales inferiores- son de valor alguno o confiables.
Confiaría alguien en las convicciones de la mente de un mono, en caso de haber alguna?

Charles Darwin, to William Graham 3 July 1881
El naturalista se basa en la razón como método objetivo de alcanzar la Verdad, pero si es coherente con sus premisas, ésta -la razón- no es confiable para sostener la veracidad de creencia alguna.

Si ninguna creencia es objetivamente confiable, el naturalismo tampoco puede serlo, pues esta idea debe ser forzosamente el producto de una actividad neuronal que persigue una mejor adaptación al entorno, al igual que el resto de creencias.

Por tanto, si el naturalismo impide que podamos confiar en la veracidad de toda creencia, el naturalismo se autorefuta y debe ser puesto en cuarentena.

De que el Amor Nunca Puede Mantenerse en la Ausencia de Juicio, sino en Presencia de Él...


8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Romanos 5:8
Escucho en una prédica que a veces cuando queremos enamorar a alguien, procuramos presentarnos lo mejor posible, y dar una imagen maravillosa de nosotros mismos, una imagen de la que la persona amada no puede evitar enamorarse.

Pero eso es la raíz de los problemas, pues no es nuestro verdadero Yo.

El amor nunca puede mantenerse en la ausencia de juicio, sino en presencia de él, dice el predicador.

Cierto.
Esta es la razón, por la que los poderosos de la tierra, los ricos, y los famosos encuentran tan difícil encontrar a alguien que les ame de verdad, pues la gente adora una imagen, y no les interesa conocer la persona que se oculta tras ella.

Pero por muy famoso o bien visto que estés, si nadie conoce tus debilidades, tus carencias, tu verdadero Yo, entonces ten por seguro que serás una de los indivíduos más solos del mundo... a pesar de vivir rodeado de personas.

El amor nunca puede mantenerse en la ausencia de juicio, sino en presencia de él, pienso.

Y es verdad, porque si en cambio hay alguien que conoce tus debilidades, carencias, y no obstante te sigue queriendo, entonces, tienes con esa persona una de las relaciones afectivas más importantes que puedes llegar a tener, pues ha llegado a tu verdadero Yo.

Esta es la razón por la que las palabras Te quiero solo tienen sentido si quien las dice te conoce de verdad, y esta es otra de las razones por las que sabemos que el Amor de Dios es Verdadero, pues Él, y sólo Él conoce realmente quiénes somos.

Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...