18 [...] y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron.En efecto, cada vez que forzamos a Dios a tener que intervenir directamente en alguien, cada vez que tiene que ser Él quien le dé consuelo, Él quien sane su corazón, Él quien saque sus demonios interiores...
19 Y respondiendo él, les dijo: !!Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo.
29 Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.
Marcos 9:18b-19,29
Cada vez que obligamos a Dios a tener que hacer aquello a lo que hemos sido llamados, ponemos de manifiesto nuestro fracaso como Iglesia, y evidenciamos no solo nuestra falta de oración en comunión, sino también nuestra falta de ayuno de lo mundano.