Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



jueves, 15 de marzo de 2012

De que lo que Dios Unió, No Lo Separe el Hombre...

36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?
37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.

38 Este es el primero y grande mandamiento.
39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Mateo 22:36-40
Una de las evidencias de que no se cumplen ni el primero ni el segundo, es el sacrificio del segundo en el altar del primero...
Cierto, pues que nuestro prójimo no ame -o incluso aborrezca a Dios- no es excusa para desatender nuestra obligación para con el segundo.

Y es que quien grita que Dios ama al pecador arrepentido, no al pecado es incapaz de separar una cosa de la otra, a causa de la viga de su ojo, de ahí que acabe odiando al pecado casi con la misma intensidad con la que odia al pecador.

Pero que el Segundo sea semejante al Primero quiere decir que lo que Dios ha unido no lo separe el hombre, pues el Primero está en el Segundo y el Segundo en el Primero, para que comprendamos el pecado de odiar al pecador arrepentido que Dios ama.

Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...