Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



miércoles, 21 de marzo de 2012

De Citas de Esas tan Buenas que No Te Cansas de Releer de Tanto en Tanto... (25)

La obediencia de Cristo nos devuelve -no al principio- sino al final del camino que Adán tuvo que recorrer. Herman Bavinck
Cierto, Dios no nos da una segunda oportunidad en Jesús para ver si esta vez podemos hacer las cosas bien, pues en caso contrario no seríamos salvos por Gracia, sino indirectamente por nuestras obras...

Ahora obramos, obramos y volvemos a hacer bunas obras, pero estas son la consecuencia de haber sido salvos.
En efecto, pues si no fuera así, todos y cada uno de nuestros deseos y acciones, tendrían un fin egoísta: Conseguir nuestra Salvación, alcanzar aquello que Adán fue incapaz de conseguir.