Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



viernes, 13 de abril de 2012

De Mateo 10:25 y lo que le Basta al Discípulo...

24 El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor.
25 Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?

Mateo 10:24-25
Y esta es la enseñanza, que por nuestro Bien y mediante el sufrimiento, Dios tiene que rompernos, hundirnos y levantarnos, con el fin de transformar nuestra vida rebelde, en la de un discípulo que no está por encima de su Maestro.