Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



martes, 22 de mayo de 2012

De la S'mikah, o Autoridad de Jesús...

29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
Mateo 7:29
Según la tradición judía, para que un rabbi tuviera s’mikah -autoridad para enseñar cómo interpretar las Escrituras- debía ser reconocido como profeta por Dios, o -tal como Moisés y Aarón cuando dieron autoridad a 70 ancianos- debía recibir s’mikah por dos ancianos con s’mikah.

Por tanto, cuando a Jesús le preguntaron de quién había recibido su autoridad para impartir doctrina propia, su respuesta -mediante la típico método rabínico de responder una pregunta mediante otra pregunta- pretendía evidenciar que tanto él como Juan -ambos rechazados por el rabinato- habían recibido su autoridad de Dios, no de los hombres.

De este modo presenciamos una escena no exenta de cierta ironía, pues por un lado tenemos a Jesús -cuya autoridad había sido dada por Dios- sometido al juicio inquisidor de unos rabbis -cuya autoridad había sido dada por otros hombres- y lo irónico del asunto que decía, es que los rabbis serán juzgados precisamente por Aquel que fue objeto de su juicio.