Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



miércoles, 4 de julio de 2012

De que en Jesús Lo Contínuo Se Hace Discontínuo, y Lo Discontínuo Continúa...

14 Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.
Gálatas 6:14
Tomemos la cruz como Continuación: El sentido de mi Vida.
Tomemos la cruz como Ruptura: el final, la crucifixión de mi Yo pecador, y yo al mundo.

La cruz como Continuación y Ruptura, pues la cruz constituye los Fines de Dios.
Continuación de nuestra Vida, y Ruptura de nuestro viejo Yo, pues dado que la Continuación de las promesas de Dios prevalecen sobre las Rupturas causadas por el pecado, la Ruptura del pecado en nuestras vidas reposa tanto en la Continuación de la promesa de Aquel que comenzó Su buena obra en nosotros, como en la Ruptura con el pecado de querer hacer nuestra voluntad sobre la Suya.

En Jesús lo contínuo se hace discontínuo, y lo discontínuo continúa.
En efecto, porque del mismo modo que hasta que el grano de trigo no muere, no puede dar fruto, la cruz no será Continuación en nuestra Vida, hasta que no haya habido Ruptura con el pecado...