Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



miércoles, 10 de octubre de 2012

De Tiempos, No Tiempos y Eternidades...

En el Credo Niceno leemos,
Creemos en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho.
La referencia a Jesús en el Credo nos ubica primero en el Tiempo, ante un personaje histórico, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, carne, hueso y sangre, y no obstante, inmediatamente después, el Credo nos lanza al No-Tiempo que es antes de todo Tiempo, la Eternidad, pues quien fue engendrado mas no creado, comparte la misma esencia de Dios al ser la Palabra creadora que es antes de todo Tiempo.

De este modo vemos que quien vino del No-Tiempo entra en el Tiempo para volver a llevarnos al No-Tiempo, pues une mundos que hasta entonces estaban separados, pero que tras y por él, permanecerán por siempre unidos, pues en el Fin que es el Nuevo Génesis, el mar que es la Muerte ya no existirá más.