Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



lunes, 22 de octubre de 2012

De que el Último Sacrificio Fue También el Último...

1 Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados;
Hebreos 5:1
En efecto, la naturaleza misma de todo sacerdocio es puramente relacional, pues no puede haber ofrenda alguna a no ser que se tenga algo que ofrecer, no puede haber oblación alguna a no ser que haya alguien que la consagre, pero tampoco puede haber entrega alguna a no ser que haya alguien a quien brindarla.

Lo que esto implica es que la esencia de toda ofrenda es Unificadora, la búsqueda de la restauración de la comunión entre Dios y el hombre, así como la de éste con sus congéneres, es decir: Unidad en comunidad.

Esta es la razón por la que Jesús es llamado verdadero Sumo Sacerdote, pues el Mesías de Dios es tanto aquel que entrega como la misma ofrenda, aquel que recibe como aquello recibido.

Por consiguiente, su entrega voluntaria -Perforaste mi oído- es el cumplimiento del ministerio sacerdotal, dado que en él se culmina el oficio de sacerdocio.

Cierto, por un lado, Jesús representa a Dios delante de toda la Creación, por el otro refleja el Amor de Dios al mundo, y por último vehicula la alabanza y gratitud que todo lo creado debe a Su Creador.

Y esta es la razón por la que el sacrificio de Jesús fue el Primero delante de Dios, tanto como lo fue también el Último.