Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



martes, 23 de octubre de 2012

De que Toda Pérdida Comporta un Hallazgo Mayor de Lo Perdido...

27 Por este niño oraba, y Yahvé me dio lo que le pedí.
28 Yo, pues, lo dedico también a Yahvé; todos los días que viva, será de Yahvé.
Y adoró allí a Yahvé
.

1 Samuel 1:27-28
La pérdida ocasionada por los hijos de Eli, fue compensada por la ganancia del hijo de Ana, pues la depravación de Ofni y Finees fue compensada por la consagración de Samuel.

No es que existan los vasos comunicantes, sino que es necesario un medio a través del cual comunicar la Gracia de Dios, de modo que cuando el corazón de los llamados se endurece, Dios levanta hijos hasta de las piedras.
O de una matriz seca.

Y es que muchos son los llamados, pero pocos los escogidos, de modo que cuando no sabemos qué ponernos y rebuscamos en el armario de Gálatas 5:19-21, y nos calzamos con lo que encontramos en Romanos 8:5-8, no es de extrañar que nada nos siente bien, pues aunque el cuerpo nos empuja a Egipto, el Espíritu vive a causa de la justicia, de ahí que cuando perdemos la carne encontramos el Espíritu.

Y es que toda pérdida comporta un hallazgo mayor de lo perdido, de ahí que quien pierde encuentra al buscar, y quien busca halla lo que había perdido.

Y lo curioso es que aquel cuyos padres temían haber perdido y encontraron en la Casa de Su Padre, era Aquel enviado a buscar lo que se había perdido, y así llevarlos de vuelta a Casa:
La de Nuestro Padre...