Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



sábado, 27 de octubre de 2012

De Citas de Esas Tan Buenas que No Te Cansas de Releer de Tanto en Tanto... (49)

Todos aquellos que manifiestan aquellas doctrinas que reciben el nombre de calvinistas, deberían, si fueran consistentes con sus propios principios, ser los más gentiles y tolerantes de todos los hombres, y enseñar a los que se oponen con toda paciencia.

Con nosotros encontramos esta máxima fundamental, que un hombre no puede recibir nada que no haya sido entregado del cielo.
Si, por tanto, le ha complacido a Dios darnos el conocimiento de algunas verdades, las cuales permanecen ocultas a los demás, es todo ello una justa razón de agradecimiento, pero nunca de ira contra ellos, pues no somos ni mejores ni más sabios, y bien podríamos estar ahora oponiéndonos a las verdades que atesoramos con el mismo entusiasmo y obstinación, si Su Gracia no hubiera distiguido de los demás.

Si el hombre mencionado en Juan 9, el cual había nacido ciego y sobre quien el Señor derramó la bendición de la vista, hubiera tomado un garrote y empezado a golpear a todos los ciegos que se encontraba a su paso por no poder ver, su conducta se habría asemejado mucho a la de cualquier calvinista airado.

John Newton, Memorias de la Vida del difunto William Grimshaw
Y no obstante, la mayoría de nosotros son brutalmente impacientes e inmisericordes, con lo que demuestran que no creen lo que predican.