No imagines que si te encuentras a alguien realmente humilde será lo que la mayoría de las personas entiende hoy en día por humilde.Cierto, esta es una de las cosas que nos sirven para diferenciar la verdadera de la falsa humildad.
No será el tipo de persona empalagosa, aduladora que contínuamente te dice que, por supuesto, no es nadie...
Lo más seguro es que creas que es una persona animada e inteligente que tiene un interés verdadero en lo que le dices, y si llega a desagradarte será porque en ti reposa algo de envidia por encontrarte a alguien que disfruta de la vida de una manera tan sencilla.
Él no estará pensando en la humildad simple y llanamente porque no pensará en absoluto en sí mismo.
El falso humilde es perceptiblemente consciente de sí mismo, mientras que el verdadero se ha olvidado de sí, no porque se aborrezca, sino porque aquel que verdaderamente tiene mentalidad de siervo, vive sinceramente interesado en el otro.