Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



martes, 25 de diciembre de 2012

De que la Verdad Libera y Es Dolorosa...

32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
Juan 8:32

3 Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Mateo 5:3
En Juan aprendemos que toda verdad libera, pero en Mateo que la Verdad -comprender nuestra pobreza espiritual- es igualmente doloroso.

La Verdad libera, y la Verdad duele... pero cómo puede liberar algo que es doloroso?
Es que estamos ante dos pensamientos opuestos?

Más que contrarias, me temo que ambas ideas son dos caras de la misma moneda, pues ambas apuntan hacia la Santificación.

Cuanto más sabemos a lo que somos llamados, cuanto más profundizamos en el conocimiento de Jesús, cuanto más vemos nuestra suciedad y lo lejos que estamos...
Más sufrimos.

Es cierto que es un sufrimiento no exento de felicidad, pues el avance es inevitable por el Espíritu, y aunque su primera fase es dolorosa, cuanto más nos duele, más fuerzas encontramos para dejar atrás lo que no es del Señor.

Por tanto, la santificación -crecer en el conocimiento de Jesús- para ser eficiente, es e incluso, debe ser dolorosa.

Conocer esta verdad es inquietante, pero sabes?
Todo lo dicho debe ser Verdad, pues es doloroso...