Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



miércoles, 30 de enero de 2013

De la Regla de Oro y el Cristocentrismo Bíblico...

12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.
Mateo 7:12
No nos supone un problema resumir todo el Nuevo Testamento en un solo postulado -la Regla de Oro- sin embargo, no es cierto que el mismo Señor dijo que debía cumplirse todo lo que de él estaba escrito de él en la Ley, Salmos y profetas...?

En otras palabras, si toda la Palabra anunciaba la venida del Mesías, sus sufrimientos, muerte, resurrección, arrepentimiento y perdón de pecados anunciados en su Nombre, toda la Palabra gira en torno a Jesús.
Por tanto, la pregunta es pertinente: Qué tiene que ver que la Palabra gire alrededor de Jesús con la Regla de Oro?

La respuesta es que no hay dicotomía, es decir, no es o lo uno o lo otro sino que ambas cosas son lo mismo.
Por qué?
Porque no hay quien cumpla la Regla de Oro...

Cuando la Palabra Ley, Salmos y profetas- enseñaba la Regla de Oro no era para mostrar el modo en que los israelitas y por extensión el resto de la humanidad debía comportarse, sino que era para evidenciar el hecho de que no hay nadie que se ajuste a la exigencia de Santidad de un Dios que no puede tener comunión -Común Unión- con algo impuro.
Por consiguiente, lo que consigue la Regla de Oro es enfatizar nuestro pecado e impureza, la necesidad de un redentor, así como de la Misericordia y Gracia de ese mismo Dios, el Único que puede salvar la barrera de separación que nosotros hemos fraguado.

En otras palabras, la Palabra apunta al Mesías de Dios son solamente mediante símbolos, tipos y profecías en torno a su venida, sino también mostrándonos nuestro pecado y necesidad de la Gracia de Dios en él.
Nuestro problema -enemistad con Dios- y la solución -restauración de la Paz edénica con Dios mediante la Gracia que es en el Mesías- son las dos caras de la misma moneda.

Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...