Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



viernes, 1 de febrero de 2013

De que Pedir Venganza contra Tus Enemigos Es Herirte a Ti Mismo...

Dice Juan Crisóstomo,
Muchos, estando postrados, tocando el suelo con la frente, derramando cálidas lágrimas, rugiendo amargamente desde su corazón, apretando sus manos, desplegando mucha sinceridad, emplean este atrevimiento contra su propia Salvación.

Porque no es por sus propios pecados la razón por la que buscan a Dios, ni piden perdón por sus ofensas, sino que llevan a cabo este atrevimiento contra sus enemigos, haciendo lo mismo que hace aquel que después de desenvainar su espada, no la usa contra sus enemigos sino contra sí mismo, cortando su propia garganta.

Estos usan sus oraciones no para pedir por la remisión de sus pecados, sino para pedir venganza contra sus enemigos, lo cual no es nada más que hundir su espada contra ellos mismos.

San Juan Crisóstomos, Homilía contra la Publicación de los Errores de los Hermanos
Cierto, la espada del Espíritu es la Palabra de Dios, de ahí que el mal uso de la Palabra resulte en heridas en la carne de quien la blande.